Pemex ya se encuentra al corriente con sus pagos de 2020 a proveedores, y su prioridad será liquidar las deudas adquiridas este año, lo que da incertidumbre a otros proveedores con deudas pendientes.

Esto resalta una vez más y desde otro frente la falta de liquidez de la petrolera nacional, así como su situación económica.

“De lo que hablamos es de la liquidez de la empresa, los proveedores son uno de los principales rubros relacionados con la liquidez porque se manejan a corto plazo”, explicó Rosanety Barrios, analista del sector.

El otro tema tiene que ver con el refinanciamiento de la deuda a corto plazo, dice, porque la empresa tiene mucha. “Pemex ya no se está haciendo cargo de la deuda porque no tienen capacidad, y el refinanciamiento será reto del gobierno”.

Destacó que la crisis de liquidez en la petrolera es estructural, pues no se debe a condiciones externas temporales como la caída en el precio del petróleo, sino a una falta de flexibilidad operativa. “Su expectativa de creación de efectivo para atender sus obligaciones financieras y no financieras no es en absoluto positiva”.

Barrios destacó que, además de aumentar su volumen de producción de crudo, como ha prometido el ejecutivo, Pemex tendría que disminuir sus costos de producción por barril para poder tener el efectivo suficiente para atender sus obligaciones con proveedores.

Esto requeriría tener certeza de que los pozos que se producirán de ahora en adelante tienen condiciones atractivas o utilizarán una tecnología distinta a las que la compañía viene utilizando. Este no parece ser el caso en el futuro cercano.

La experta se mostró sorprendida de que las declaraciones del director general de Pemex, Octavio Romero Oropeza, y del presidente Andrés Manuel López Obrador no hayan tenido un impacto mayor en el mercado financiero.

“No entiendo cómo le hizo este Presidente para que salieran a decir que Pemex ya no pagará su deuda, sino que lo hará el gobierno, y no pasara nada. Eso, en buen español, significa que Pemex se declara en quiebra… y no pasó nada. Si Pemex se declara en quiebra es porque tiene un problema estructural, y los planes futuros no contemplan ajustar la estrategia, sino darle más dinero a la compañía”, lamentó.

Paul Sánchez, analista del sector, señaló que el dinero no vale lo mismo hoy que dentro de un año, por lo que los proveedores están perdiendo al no percibir los montos de sus contratos, y destacó que se está poniendo en riesgo el capital operativo de estas empresas, que tienen pocas opciones además de venderle a Pemex.

“Si te vas al largo plazo también es una mala práctica, porque las empresas empezarán a subir los costos de los servicios que le ofrecen a Pemex porque tienen que sobrevivir una temporada y amortizar esta pérdida de alguna manera”, advirtió Sánchez.

Para Barrios, el problema más grave es que Pemex continúa aumentando sus costos de producción mientras disminuye sus ingresos. “Estamos atrapados en un tema muy triste, porque el objetivo de la reforma energética era salir de esta trampa”, señaló.