Petróleos Mexicanos (Pemex) está barajando la posibilidad de recurrir al mercado de deuda de nueva cuenta este año como una alternativa para llevar a cabo sus planes de inversión.
Carlos Cortez, director de Finanzas de la petrolera, reconoció en una llamada con analistas la semana pasada lo retador del programa de gasto de capital de la petrolera, que se prevé ascienda a 258,242 millones de pesos en 2023, 24.9% más que el año previo.
El ejecutivo espera que un mejor perfil de precios del crudo así como en su desempeño operativo impulsen su flujo de operación (EBITDA), pero también abrió la puerta a que una parte de su gasto de inversión sea fondeado “con alguna estructura de financiamiento” que sería ejecutada en la segunda mitad del año.
José Alberto Jiménez, gerente de Financiamientos e Inversiones de la compañía, mencionó que en colaboración con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) evaluarán un posible regreso a los mercados de nueva cuenta.
“Si las condiciones están en su lugar y en conjunto con la Secretaría de Hacienda identificamos una ventana de oportunidad, que el precio sea atractivo, consideraremos a los mercados de capitales como un componente de nuestra estrategia”, dijo a analistas.
Más del 80% del gasto de inversión de Pemex se concentra en Exploración y Producción, mientras el resto va a actividades de refinación, gas, petroquímica, logística y servicios corporativos.
La compañía tiene la meta de producir 1.95 millones de barriles diarios de crudo este año y 2 millones el siguiente.
En una nota de análisis, BBVA indicó que alcanzar las metas de producción de los próximos años “requerirá no solamente de una mucho mayor aportación de los nuevos campos sino también de mayores inversiones para frenar el declive en la producción de campos maduros”.
Refinanciamiento costoso
En enero, Pemex volvió a los mercados para emitir 2,000 millones de dólares en bonos a 10 años a una tasa de 10.375% para enfrentar sus obligaciones de deuda, prácticamente el doble de las emisiones del gobierno federal al mismo plazo.
“Eso implica que en los próximos 10 años Pemex va a tener que estar pagando más intereses por la misma cantidad”, dijo Víctor Gómez Ayala, economista del ITAM, en una entrevista previa.
Para Pemex resulta más costoso acudir al mercado de deuda en estos momentos por factores como el alza de las tasas de referencia de los bancos centrales y su pérdida de grado de inversión.
La empresa es la petrolera más endeudada del mundo, con un saldo de 107,387 millones de dólares al cierre del primer trimestre.
Este año debe hacer frente a vencimientos por 4,600 millones de dólares, 3,000 millones de los cuales deben pagarse en los dos últimos trimestres del año, dijo José Alberto Jiménez.
Respaldo de Hacienda
En su llamada con analistas, Pemex también reconoció que a diferencia de años anteriores, esta vez es posible que “no haya condición” para que la SHCP haga transferencias directas de capital a la compañía.
Esas medidas evolucionaron hacia la posibilidad de diferir impuestos y otras medidas que han permitido darle liquidez a la empresa, hoy mantenemos estrecha coordinación y estamos en proceso de identificar medidas de soporte para hacer frente a nuestros compromisos de pago hacia el último trimestre
dijo Carlos Cortez.
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Desde hace unos meses, Hacienda permitió que la petrolera difiera hasta por un mes el pago del Derecho de Utilidad Compartida (DUC) así como otro derecho por extracción.
“Con el nivel de precios y producción actual esta medida significa la posibilidad de diferir 30,000 millones de pesos cada mes (…) Ello proporciona la posibilidad de contar con liquidez necesaria para hacer frente a compromisos”, agregó Cortés.
El ejecutivo comentó que están en pláticas con la dependencia a cargo de Rogelio Ramírez de la O para ampliar este beneficio hacia 2024.
En años previos, Hacienda había reducido el monto del DUC a Pemex para aliviar sus presiones de liquidez, mientras en 2019 el monto era de 65%, para el 2020 bajó a 58% y en 2021 se fijó en 54%, pero descartó mayores descuentos en los que resta del sexenio.
La calificadora Moody’s señaló en una nota de análisis que el apoyo más explícito del gobierno para que tanto Pemex como la Comisión Federal de Electricidad cumplan con sus obligaciones de deuda las ha vuelto más dependientes de las transferencias gubernamentales.