Los modelos de open finance (finanzas abiertas) y open banking (banca abierta) han existido por varios años alrededor del mundo y cada vez son más usados por las personas.

De acuerdo con el New Payments Index 2022 de Mastercard, que encuestó a 35,040 participantes en 40 países, aunque sólo la mitad de los encuestados conocía en qué consiste el open banking, dos terceras partes ya lo empleaban para realizar pagos y otras transacciones.

La banca y finanzas abiertas plantean la apertura de sistemas financieros para que los clientes puedan dar permiso a terceros (como fintechs, grandes tecnológicas u otras plataformas) para acceder a sus datos financieros.

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Fotoarte: Cristian Laris

Con ello, los usuarios pueden, por ejemplo, recibir servicios financieros personalizados, permitir que un tercero realice pagos o concentrar la información de todas sus cuentas en una misma plataforma.

Normalmente estos intercambios ocurren mediante Interfaces de Programación de Aplicaciones (APIs), enlaces de software que permiten la comunicación o interacción entre dos entidades.

Alrededor del mundo

A nivel global, Reino Unido y la Unión Europea lideraron la regulación, con el Open Banking Standard y la Directiva de Servicios de Pago (PSD2), respectivamente.

En el primer caso, una norma emitida en 2016 obligó a los nueve mayores bancos del país a permitir a otros bancos o startups autorizadas accedieran directamente a sus datos mediante APIs.

Mientras la directriz PSD2 ordenó que a partir de 2019, los bancos comenzaran a permitir que sus clientes compartieran información con otros proveedores de servicios financieros de forma segura.

En Reino Unido, los usuarios de servicios de la banca abierta alcanzaron los 7 millones por primera vez en enero, de acuerdo con Open Banking Limited, la entidad encargada de su implementación.

De acuerdo con el Open Banking Tracker de Mastercard, al tercer trimestre de 2022, 559 proveedores externos se habían registrado para brindar servicios de información de cuentas o pagos con reguladores europeos.

De acuerdo con Deloitte, Hong Kong y Australia también optaron por el camino de la regulación para fomentar el open finance. 

En 2018, la Autoridad Monetaria de Hong Kong publicó el ‘Open API framework’ para el sector bancario, arrancando un plan de cuatro etapas para que los bancos implementaran APIs abiertas para diferentes servicios y permitiendo que elijan a los terceros con los que desean colaborar.

Australia optó por un enfoque más amplio con el Derecho de Datos del Consumidor (CDR), una ley integral de protección de datos que si bien aplica a los bancos en un inicio, también incluirá al sector de telecomunicaciones y energético, con miras a expandirse a otros en el futuro.

Según BBVA, en Japón, se reformó la Ley de Banca en 2017 y 2018 para incluir criterios de open banking, con un proceso de autorización para las terceras partes (como las fintech) y estableció la obligación de que los bancos publiquen sus políticas de APIs abiertas.

Mientras en Singapur, pionero en implementar el open banking en Asia, la Autoridad Monetaria del país proporcionó las pautas y un marco legal, además de lanzar un ecosistema digital de innovación con APIs relacionadas con la regulación de datos denominada APIX.

¿Qué pasa en México y Latinoamérica con el open banking?

A nivel regional, Brasil lleva la delantera en términos de open banking, mencionó Carlos Valderrama, socio fundador de la firma Legal Paradox.

En el país sudamericano, el Banco Central de Brasil (BCB) publicó los primeros requisitos fundamentales para implementar la banca abierta en 2019 y posteriormente publicó las reglas definitivas, según un informe elaborado por la plataforma de APIs Belvo.

En agosto del año pasado, Colombia expidió un decreto que establece las condiciones para que las entidades se vinculen al open banking.

Chile publicó a principios de este año su Ley Fintech, que además del marco regulatorio para estas empresas busca crear un sistema de open finance en el país.

En México, la Ley Fintech de 2018 también convirtió al país en el primero en la región en contar con una regulación para finanzas abiertas, pero el retraso en la publicación de disposiciones secundarias ha rezagado al país en esta materia, consideró Valderrama.

 A la fecha llevamos casi 64 meses sin reglas secundarias, han tardado por los cambios al interior de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV)

 mencionó en entrevista.

Bajo las reglas del open finance, más de 2,000 proveedores financieros en el país deberán compartir datos mediante APIs estandarizadas, comentó la CNBV en el reporte de Belvo.

Valderrama agregó que la implementación abonará a incrementar la competencia, penetración, inclusión y oferta de servicios financieros.

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