Las automotrices Renault y Nissan tendrán que aplazar sus planes de fusión; en cambio, se concentrarán en arreglar su alianza para recuperarse de la pandemia del coronavirus, de acuerdo con fuentes en contacto con Reuters.

Nissan dejó pasar las propuestas de Renault sobre una fusión total porque sus ejecutivos sostenían que el fabricante de automóviles francés no pagó lo correspondiente al trabajo de ingeniería que hizo en Japón, lo que ocasionó discordia y puso en peligro la asociación.

Incluso, en marzo pasado, se especuló sobre que Nissan retiraría un fondo de capital establecido en alianza con Renault y Mitsubishi Motors, como parte de los esfuerzos de la automotriz japonesa por recortar costos y conservar efectivo.

Ahora, con los fabricantes de automóviles mundiales en crisis por la pandemia, los socios planean revisar una alianza, que en gran medida no logró convertir su escala global en una ventaja competitiva más allá de la adquisición conjunta de piezas.

Se prevé que Nissan y Renault anuncien planes de reestructuración esta semana, que servirían como un aliciente para resolver sus tensiones, dijeron las fuentes a la agencia de noticias.

“Después de la lluvia, la tierra se endurece”, dijo una fuente de Nissan, citando un popular proverbio japonés que significa que las relaciones se vuelven más fuertes después de un periodo de lucha.

Las automotrices planean una reestructuración y recortes de gastos que afectarían a “decenas de miles de puestos de trabajo”. La japonesa anunciaría estas medidas el 28 de mayo y su socio francés el día siguiente.

La alianza incluye a Mitsubishi Motors y se espera que las tres compañías celebren una rueda de prensa conjunta el 27 de mayo para que se esboce la nueva filosofía de la alianza.

Las fuentes contactadas dijeron que era poco probable que las empresas revelaran detalles sobre cómo se utilizaría el nuevo enfoque para compartir los costos, ya que las firmas aún trabajan en proyectos específicos.

No obstante, la crisis de ambas armadoras aceleró los esfuerzos para resolver los desacuerdo que afectaron la colaboración y el reparto de costos en tecnología y el desarrollo de productos durante cinco años.

Mitsubishi, Nissan y Renault se negaron a comentar oficialmente los planes de la alianza.