Nippon Steel y US Steel presentaron una demanda en contra del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en la cual lo acusan de bloquear la fusión de ambas empresas por 14,900 millones de dólares, a través de una revisión simulada de seguridad nacional.
Las compañías buscan que el Tribunal Federal desestime la decisión de Biden de anular el acuerdo, a fin de obtener otra oportunidad de aprobación a través de una nueva revisión de seguridad nacional, libre de influencias políticas.
La demanda también está dirigida a Merrick Garland, fiscal general; y Janet Yellen, secretaria del Tesoro.
En el reclamo señalaron que Biden perjudicó la decisión del Comité de Inversión Extranjera en Estados Unidos (CFIUS) que analiza inversiones extranjeras en busca de riesgos de seguridad nacional, y afirmaron que el mandatario violó el derecho de las empresas a una revisión justa.
A su vez, las compañías alegaron que Biden, en su intento de reelección, quiso anular el acuerdo para ganarse el favor de los líderes del USW en Pensilvania.
Como resultado de la influencia indebida del presidente Biden para promover su agenda política, el Comité de Inversión Extranjera de los Estados Unidos no llevó a cabo un proceso de revisión regulatoria de buena fe y centrado en la seguridad nacional,
señalaron las empresas en un comunicado, anunciando el litigio.
Un fuerte golpe para el acuerdo entre Nippon Steel y US Steel
La semana pasada, Biden bloqueó la compra propuesta por Nippon Steel, argumentando razones de seguridad nacional, lo que supone un golpe potencialmente fatal para el polémico plan luego de un año de revisión.
US Steel, fundada en 1901, ha estado bajo presión debido a varios trimestres de caída de ingresos y ganancias, convirtiéndose en un objetivo de adquisición atractivo para sus rivales, que buscan expandir su participación en el mercado de Estados Unidos.
Un acuerdo demasiado politizado
Previo a las elecciones de Estados Unidos, la fusión ya se había politizado demasiado debido a que Joe Biden y Donald Trump prometieron acabar con ella. Desde ese momento, David McCall, presidente del sindicato United Steelworkers (USW), se opuso al acuerdo.
El argumento de Biden y Trump fue que la empresa debía continuar siendo de propiedad estadounidense, incluso después de que Nippon Steel ofreciera cambiar su sede estadounidense a Pittsburgh, y de que prometiera honrar todos los acuerdos vigentes entre US Steel y USW.
Por su parte, un portavoz de la Casa Blanca señaló que un comité de expertos en comercio y seguridad determinó que la adquisición crearía un riesgo para la seguridad nacional de Estados Unidos, y que Biden no dudaría en proteger la seguridad de la nación, su infraestructura y la resiliencia de sus cadenas de suministro.
Donald Trump tampoco se quedó atrás, y externó su opinión al respecto a través de Truth Social:
¿Por qué querrían vender US Steel ahora cuando los aranceles la convertirán en una empresa mucho más rentable y valiosa?,
escribió Trump.
Nippon Steel y US Steel cumplen sus ‘amenazas’
La demanda llega luego de afirmaciones realizadas por ambas empresas en una carta al CFIUS, presentada el 17 de diciembre, con lo que se demuestra que están cumpliendo con sus amenazas de litigio y que continuarán luchando por el acuerdo.
No podemos dar marcha atrás después de que nos hayan tratado de forma irrazonable. Lucharemos con todas nuestras fuerzas,
manifestó Takahiro Mori, vicepresidente de Nippon Steel.
Mori también acusó que el proceso de revisión del CFIUS carecía de integridad, debido a que la compañía japonesa no recibió ninguna respuesta por escrito sobre el acuerdo de seguridad nacional propuesto, y a que el CFIUS no expresó preguntas ni preocupaciones durante sus múltiples reuniones.
No obstante, las perspectivas de la demanda, supervisada por el CFIUS, no están claras. Según expertos, los tribunales suelen dar gran diferencia al CFIUS para definir la seguridad nacional.
Una segunda demanda
Las empresas también presentaron una segunda demanda contra Cleveland-Cliffs, su consejero delegado Lourenco Goncalves, y McCall; acusándolos de acciones ilegales y coordinadas destinadas específicamente a impedir el acuerdo.
Según su argumento, Cliffs- Goncalves y McCall se confabularon en una “campaña ilegal” a fin de permitir a Cliff “monopolizar los mercados nacionales de acero”, frustrando cualquier otro intento de comprar US Steel.
Así, Goncalves habría participado en al menos 9 llamadas, asegurando a los inversores que Biden frustraría la fusión; de acuerdo con la carta del 17 de diciembre.
Con esta demanda, Nippon Steel y US Steel buscan una orden judicial contra futuras conductas anticompetitivas, así como miles de millones de dólares en daños y perjuicios.
McCall declaró que el USW ya estaba revisando la denuncia y que “se defendería enérgicamente de estas acusaciones infundadas”. No obstante, el Departamento de Justicia, el Departamento del Tesoro, y Cleveland-Cliff no respondieron a solicitudes de comentarios.
Con información de Reuters
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