La crisis sanitaria causada por el COVID-19 y los problemas geopolíticos registrados en el último año han provocado que las empresas comiencen a modificar su logística, recurriendo a diversas prácticas como el nearshoring, que podría dejar un beneficio directo para Latinoamérica.
De acuerdo con datos preliminares de un estudio realizado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la relocalización de las empresas podría sumar a las naciones de América Latina y el Caribe en el corto y mediano plazo unos 78,000 millones de dólares por concepto de exportaciones. Además de estar cerca de Estados Unidos, la región cuenta con acceso a Europa y Asia, lo que la coloca como un territorio estratégico.
En este sentido, México podría ser el más beneficiado al agregar 35,300 millones de dólares anuales sólo en exportaciones de bienes.
Según el informe mundial “Trade in Transition de 2023”, el nearshoring registró un crecimiento de 8% en comparación con lo registrado en el informe de 2021.
El aumento en esta práctica se debe a los diversos beneficios que ofrece, como las ganancias generadas el acortar el tiempo en el cual los productos llegan a su destino, zonas horarias cercas, proximidad geográfica, talento laboral sólido, sostenibilidad y crecimiento tanto para las empresas como para las economías de más países, destaca el integrador logístico A.P.Moller-Maersk.
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Otras prácticas beneficiosas
Si bien el nearshoring es una de las prácticas más populares en los últimos meses, no representa la única estrategia que las compañías pueden implementar para hacer una mejora en sus procesos.
El reshoring, también conocido como inshoring u onshoring, consiste en que la empresa traslade todas sus operaciones al país de origen. Es decir, realizar el proceso de un producto en una misma región desde el inicio hasta el final, considerando también la comercialización. Dicha práctica ha crecido un 10% desde 2021.
Las problemáticas geopolíticas iniciadas el año pasado también han traído a la conversación al friendshoring. Dicha práctica consiste en que las empresas se muden hacia naciones percibidas como de bajo riesgo.
Para cumplir con lo requerido, los países no sólo deben ser fiables en los suministros, sino también estar en línea con las normas y valores de los socios de las firmas y no contar con potenciales problemáticas geopolíticas.
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