La tecnología marcó un antes y un después en los patrones de consumo de contenidos audiovisuales, entre ellos la música, que a través del formato streaming ha arrasado con otros formatos existentes y también ha generado grandes ingresos a la industria.

Para este año, se prevé que el negocio de música streaming genere ingresos por alrededor de 356 millones de dólares en México, un monto que representa un incremento de 154% tan solo respecto a los ingresos de 2017, según un análisis de Statista.

Pese a que los ingresos van al alza, el ingresos promedio por usuario (ARPU) ha ido a la baja, una tendencia que se mantiene en las proyecciones futuras.

Para 2021 se calcula que el ARPU alcance los 35.75 dólares en promedio, ligeramente por debajo de lo proyectado en 2020.

México ocupa el lugar 14 del ranking global a nivel de ingresos y el segundo en América Latina después de Brasil, quien según las proyecciones superará los 500 millones de dólares en ingresos al finalizar el año.

La consultora señaló en su análisis que al comparar los patrones de consumo de música de hoy en día con los hace solo una década, el cambio radica esencialmente en la influencia del progreso tecnológico en el mercado de la música digital.

El impacto disruptivo de los servicios de transmisión de música como Spotify o Apple Music no solo ganó la batalla contra la distribución ilegal, sino que también rompió todas las fronteras e hizo que el acceso a todo tipo de música fuera tan fácil

La reinvención

Sin embargo, la consultora destacó que actualmente muchos servicios están comenzando a revertir esta tendencia al invertir en exclusividad, como pre-lanzar nueva música u ofrecer contenido exclusivo como conciertos o podcasts.

La nueva realidad en 2020 ante la pandemia cambió naturalmente la forma de ofrecer espectáculos o contenido de entretenimiento, los cuales en buena medida se han mantenido a flote gracias al formato streaming.

Los servicios de transmisión de música, por ejemplo, Spotify, Deezer o Apple Music, ofrecen acceso ilimitado a sus bibliotecas de contenido por una tarifa de suscripción mensual sin publicidad o gratos, pero con anuncios.

La música se puede transmitir a varios dispositivos conectados. No se incluyen los servicios con publicidad, con pausas comerciales forzadas entre las pistas, radio por internet o transmisiones de video (por ejemplo, YouTube).