Mike Roemer, director de cumplimiento de Wells Fargo, se va de la firma tras poco más de dos años de intentar cambiar las funciones de supervisión interna y gestión de riesgos del banco en problemas, según fuentes familiarizadas citadas por el Financial Times.

La salida de Roemer, quien se incorporó en enero de 2018, después de desempeñar el mismo cargo en Barclays durante cuatro años, se produce poco después de que el CEO, Charlie Scharf, revocó una decisión anterior de centralizar las funciones de riesgo y cumplimiento.

El ejecutivo dejará el banco después de un periodo de transición y será reemplazado por Paula Dominick, quien ha sido directora de cumplimiento de Credit Suisse Americas durante más de cuatro años y que previamente trabajó para Bank of America.

Al ser consultados por el Financial Times, tanto Wells Fargo como Credit Suisse declinaron hacer comentarios.

En el primer trimestre, Wells Fargo presentó su primera pérdida trimestral desde la Gran Recesión.

El cargo ejecutivo que hasta ahora ostenta Mike Roemer es uno de los más importantes en el tercer banco más grande de Estados Unidos, considerando su accidentada historia reciente.

Durante los últimos dos años, Wells Fargo ha intentado, sin éxito, levantar un límite de activos impuesto por la Reserva Federal y otros reguladores de Estados Unidos.

Lo anterior, a raíz de un gran escándalo de ventas indebidas tras descubrirse que había alentado prácticas de venta fraudulentas, incluida la apertura de millones de depósito falso y cuentas de tarjetas de crédito.

Hasta ahora, la infracción le ha costado a Wells Fargo más de 3,000 millones en multas y el banco aún necesita demostrar mejoras radicales en los procedimientos de riesgo y cumplimiento para que se levante el límite, lo que permitirá que la entidad prestamista vuelva a crecer.

Después de unirse a BNY Mellon en octubre del año pasado, Charlie Scharf se embarcó en otra reorganización de la oficina principal de riesgos del banco, y decidió reinstalar a directores de riesgo dedicados en cada una de sus divisiones clave.

La nueva estructura marca una reversión parcial de la ambición anterior del banco de tener la gestión de riesgos completamente centralizada. Como resultado, se redujo el alcance y el papel del director de cumplimiento, lo que influyó en la salida de Roemer, revelaron las fuentes consultadas por FT.

El banco también tiene como objetivo recortes drásticos en su gasto en consultores que asesoran en varios proyectos, incluida la revisión de cumplimiento, según informó el Financial Times la semana pasada.

Además, al interior de Wells Fargo se ha generado una reacción contra el desembolso del banco en empresas como McKinsey, PwC y Oliver Wyman, que ha aumentado entre 1,000 y 1,500 millones de dólares al año.