La renovación de los acuerdos comerciales automotrices entre México y Brasil y México y Argentina puede dar un impulso al sector automotriz local, que durante todo 2018 sufrió caídas en sus ventas locales, pero si se da, será limitado, dijeron analistas consultados.

El martes 19 de marzo, la Secretaría de Economía anunció que los cupos para exportar autos desde México a Brasil fueron eliminados, por lo que ambas naciones regresaron al libre comercio de vehículos ligeros de pasajeros siempre y cuando se cumpla con un Índice de Contenido Regional de 40% y la actual fórmula de su cálculo.

Mientras que con Argentina se seguirá una estrategia de cupos para los siguientes tres años. En el primer año tendrá un incremento anual de 10%, de 5% el segundo año y 5% el tercero año. Una vez concluido ese periodo de transición, el libre comercio entrará en vigor.

El beneficio será acotado, al menos en el corto plazo, porque la industria automotriz mexicana tiene una alta dependencia a las exportaciones de Estados Unidos, un factor que será difícil revertir, y aunque logre ganar cuota de mercado dentro de las exportaciones mexicanas, tampoco ampliará radicalmente su panorama de exportación.

Además, el beneficio también dependerá del desempeño de las economías sudamericanas, comentaron los expertos.

En el corto plazo, los acuerdos no tendrán un impacto en la producción de los autos en México; aunque estas alianzas implican una diversificación en los mercados a los que exporta, también dependerá del dinamismo de las economías del Cono Sur

dijo Fernando Bolaños, analista en Monex.

Del total de exportaciones de automóviles que realizó México el año pasado, el 74.4% lo acaparó Estados Unidos, seguido por Canadá con el 7.2 y Alemania con 4.4%.

Brasil recibió el 2.3% de los vehículos hechos en el país y Argentina el 1%, de acuerdo a datos de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA).

En 2013, previo al rompimiento de las relaciones comerciales en materia automotriz, Brasil recibía 5.6% de las exportaciones automotrices mexicanas y Argentina de 2.5%.

Alejandro Luna, socio de Santamarina y Steta, añadió que la renovación de los contratos no reactivará la situación por la que se encuentra el mercado automotriz nacional.

“El impacto que tiene esta decisión es positivo como primer paso al abrir nuevas puertas en el comercio, pero no resolverá la caída en la producción, porque el problema se encuentra en Estados Unidos, el principal mercado de México”, explicó Luna.

El 2019 seguirá retador

El año pasado México produjo 3 millones 908,139 automóviles, 0.6% menos que un año antes, en tanto las ventas en el país se contrajeron 7% al comercializarse 1 millón 421,458 unidades, según los datos de la AMIA.

La propia AMIA vislumbraba un 2019 que lejos de disminuir las incertidumbres económicas, éstas se incrementarán, de acuerdo a su reporte anual del año pasado.

“Los analistas señalan como los principales factores que podrían obstaculizar el crecimiento económico de nuestro país la incertidumbre política interna, problemas de inseguridad pública, así como falta de estado de derecho”, de acuerdo al reporte de la Asociación.

Las imposiciones de los países sudamericanos surgieron como medida para proteger sus mercados locales, después de la caída en la economía brasileña entre el 2015 y 2017, así como la actual situación que se vive en Argentina, entre otros factores.

Datos de la Asociación arrojan que México exportó 76,440 carros a Brasil en 2018, un aumento de 60% con respecto al año anterior, en tanto que a Argentina se enviaron 33,129 unidades, 18% menos que en 2017.

Luna explicó que la media sobre el Índice de Contenido Regional, que se refiere a que la cantidad de materiales mexicanos dentro de los autos necesaria para que entre libre de aranceles, pasó de 35 a 40%.

“El 40% del Indice de Contenido regional es provisional, hasta que se llegue a un acuerdo entre las partes implicadas. Por lo pronto es una medida positiva”, comentó Luna.