Ante los ojos del mercado, México ha perdido el atractivo para captar inversiones en energías renovables, según un estudio publicado este martes por EY. 

México ocupa la posición 25 entre los 40 países listados en la edición más reciente del Índice de Atractivo de País en Energía Renovable (RECAI, por sus siglas en inglés), que se publica dos veces al año.

Desde 2018, México dejó de estar entre los 10 países más atractivos para este tipo de inversiones; tan sólo en 2016, el país se situó en la séptima posición del índice, su mejor posición desde 2003, año en que EY inició con este estudio.

Las clasificaciones reflejan nuestras evaluaciones del atractivo del mercado y las tendencias del mercado global. En esta última edición, vemos que el COVID-19 tiene un impacto a corto y mediano plazo, pero los impulsores a largo plazo para la inversión en energías renovables siguen siendo fuertes, lo que convierte al sector en un refugio más seguro para la inversión,

destacó EY en su reporte.

Para la evaluación, EY toma en cuenta ocho rubros de la energía renovable: energía eólica, energía eólica marina, energía solar fotovoltaica (PV), energía termosolar de concentración (CSP), biomasa, energía geotérmica, central minihidráulica y energía marina.

De esos rubros, la energía marina en México tuvo el puntaje más bajo, con 15.7 unidades, y el más alto fue en biomasa, con 40.1 unidades.

Las fuentes productoras de biomasa agrupan a subproductos agrícolas como residuos de rastrojos de maíz, trigo, sorgo, cebada; subproductos agroindustriales como cascarilla de café cereza y cáscaras de maíz y trigo, y subproductos forestales entre lo que se encuentra la madera en formas de ramas, puntas de árboles, de acuerdo con la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader).

La calificación general de México fue de 49.1 puntos y se ubicó por encima de Noruega, pero por debajo de Finlandia.

EU desplaza a China 

En la parte alta del índice, Estados Unidos desplazó a China Continental de la primera posición, puesto que no ocupaba desde 2016. El país asiático se quedó en el segundo lugar.

No obstante, la caída de China Continental puede revertirse en el corto plazo, pues al reiniciarse las actividades la demanda de energía se incrementará.

Es probable que muchos de estos efectos sean a corto plazo. Los fabricantes en China y Europa ya están reiniciando la producción. Las empresas de servicios públicos han trabajado duro para mantener la generación en funcionamiento en circunstancias difíciles,

indicó el estudio.

En tercer lugar se ubicó Francia, seguido de Australia, Alemania y Reino Unido. Cada país avanzó una posición, respecto al ejercicio anterior.

EY afirma que los inversionistas institucionales continúan dirigiendo nuevos fondos al sector de energías renovables.

“Los inversionistas involucrados siguen confiando en el panorama a largo plazo de la energía limpia. El cambio climático no va a desaparecer. La necesidad, después de la pandemia, de garantizar una mayor resiliencia económica y social funcionará a favor de las fuentes de energía distribuidas, como la eólica y solar (…). Las grandes empresas estarán interesadas en demostrar que son ciudadanos corporativos responsables, alentándolos a obtener energía limpia”.