México se mantiene como un país de interés para la banca de inversión en momentos en que el segmento enfrenta dificultades a nivel global por el entorno económico.
El país sigue siendo atractivo para la banca de inversión. Sin embargo para los próximos años va a depender de que se respete a la inversión privada, se tenga respeto al Estado de derecho y certidumbre en los contratos
comentó Jorge Sánchez Tello, consultor privado independiente.
Para la directora de análisis económico del Tec de Monterrey, Leticia Armenta, México es un mercado que va creciendo y aunque falta cultura financiera, hay niveles de ingreso entre la población que son favorables para los bancos de inversión globales.
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Sánchez Tello consideró que tendencias como el nearshoring podrían contribuir a que más bancos globales volteen a México o que crezca la participación de los que ya tienen presencia en el país, aunque destacó la importancia de un marco adecuado de certidumbre para que suceda.
Movimientos a nivel local
La huella de los bancos globales en México ha cambiado en los últimos años, donde algunos participantes han disminuido su presencia o suspendido operaciones.
Por ejemplo, en 2017, UBS Bank México cerró operaciones y las transfirió a UBS Casa de Bolsa, al año siguiente vendió las acciones representativas del capital social del banco a Afirme y en 2021 se dio a conocer que también pararía su actividad de corretaje en el país, prefiriendo operar desde el extranjero.
En 2021, JP Morgan cerró su oficina de representación y el negocio de banca privada en territorio nacional, después de hacer lo mismo en Brasil, y refirió a sus clientes locales a BBVA México, aunque mantuvo la operación de otros negocios, como la banca de inversión o servicios de tesorería e incluso agregó personal en Latinoamérica.
Credit Suisse también transfirió sus negocios locales de banca privada y gestión de activos a Actinver y aunque tiene otras operaciones, Standard & Poor’s considera que tras su venta a UBS tiene los días contados en el país “porque la operación del negocio en el país ya no se alinea con la estrategia de largo plazo del grupo a nivel global”.
Para Jorge Sánchez Tello, estos movimientos son casos contados que obedecen principalmente a cambios en los países sede de los bancos, así como a una pequeña crisis en ciertas instituciones a nivel global que está dando lugar a una reconfiguración.
Leticia Armenta apuntó que los cambios están vinculados tanto con los costos de instalación como con el número de clientes de estos bancos.
A veces no es suficiente el número de clientes con el que se cuenta, no justifica la oficina que se tiene, entonces prefieren operar desde otras latitudes. Finalmente hoy la tecnología favorece que los clientes interesados estén en contacto desde otra localidad
explicó en entrevista.
Panorama complicado
El 2022 fue un año complicado para la banca de inversión, que vio caídas significativas por la volatilidad en los mercados financieros y el entorno inflacionario al que los bancos centrales respondieron con alzas en tasas de referencia.
Lo anterior motivó caídas en el número de debuts en bolsa, que de acuerdo con la consultora Ernst & Young cayeron 42% a nivel global en 2022 así como una desaceleración en las fusiones y adquisiciones.
Esto se tradujo en menores ingresos por comisiones para los bancos de inversión. En el cuarto trimestre, la reducción para Goldman Sachs fue de 48% anual, mientras para Citi fue de 58% y para JP Morgan fue de 57%.
Algunas instituciones reaccionaron con recortes de personal que de acuerdo con Reuters afectaron hasta 6,000 puestos, como Goldman Sachs, que anunció 3,000 despidos o Morgan Stanley, que eliminó cerca de 1,600 puestos.