Los extrabajadores de Mexicana de Aviación cuentan con tres activos para volver a encender las turbinas de la empresa: un taller de mantenimiento, una Sala VIP en el aeropuerto de la Ciudad de México y el Centro de Adiestramiento Técnico (CAT) Mexicana.

Se trata de las últimas unidades productivas de la aerolínea en poder de los exempleados y con lo que buscan refundar la  compañía que cerró el 28 de agosto del 2010, de acuerdo con Adolfo Crespo, director de administración de Mexicana.

La intención de los exempleados es echar a andar una compañía que pueda operar tanto en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), como en el de Toluca o en el de Santa Lucía, cuando esté concluido.

“Se puede montar una empresa dedicada a los servicios aeroportuarios, a la carga, una línea aérea y estas tres son las plataformas para que alguien pueda fabricar sobre ellas”, explica Crespo y Vivó.

Así buscarían liquidar los más de 6,400 millones de pesos (mdp) que Mexicana le adeuda a los empleados y al mismo tiempo la compañía generaría puestos de trabajo para “cientos o hasta miles de personas”, según la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores (ASPA).

En los primeros 11 meses del sexenio, los acercamientos del gremio con el gobierno de Andrés Manuel López Obrador han sido esporádicos y la administración federal se ha mantenido al margen del conflicto.

Sin embargo, los afectados esperan que “con este gobierno, los proceso jurídicos fluyan con mayor velocidad”, dice Marco Calva, uno de los voceros del Sindicato de Trabajadores de Transportes.

Decisión judicial

El martes pasado, el Tribunal de Conciliación y Arbitraje determinó que los activos de Mexicana de Aviación deben pasar a manos de sus extrabajadores, como garantía de pago de  los salarios y sueldos no devengados desde el cierre de la compañía.

La determinación que llevaba 19 meses en los escritorios del Tribunal cedió a los extrabajadores el control de la Base de mantenimiento MRO, un taller de mantenimiento especializado en aviones Airbus, Bombardier, Boeing, y Fokker.

El MRO incluye un hangar en el AICM con capacidad para recibir hasta cuatro aeronaves de cabina angosta y una de cabina ancha, otro hangar de pintura para recibir hasta a un Boeing 767-300, así como una plataforma iluminada de 1,568 metros cuadrados.

También les concedió el control del CAT Mexicana, el cual instruye a pilotos y sobrecargos para las aerolíneas nacionales Volaris, Interjet y Aeroméxico. Actualmente están cuando menos 100 pilotos formados en el CAT que vuelan aeronaves de Emirates Airlines, 150 en Qatar Airlines y otros 100 en compañías chinas.

Además, la resolución incluyó una Sala VIP que está fuera de funcionamiento desde que cerró la aerolínea, pero que de acuerdo con Crespo y Vivó, está en condiciones óptimas para su relanzamiento.

Adeudo multimillonario

El posible despegue de la nueva empresa es la principal apuesta de la ASPA para resarcir las consecuencias del cierre de Mexicana que afectó a 7,000 trabajadores, pero no es suficiente.

De acuerdo con Marco Calva, Mexicana de Aviación tiene una deuda de 6,400 mdp en cuestión de salarios no devengados.

Y aunque le resulta imposible calcular el potencial financiero que pueden agrupar las tres unidades productivas recuperadas, el organismo sindical sabe que estarían muy lejos de cumplir con dicha cantidad.

“De hecho, si se vendieran todos los activos de la aerolínea que han sido recuperados, así como las marcas -más de 240- que continúan en posesión de los exempleados solo se lograría cubrir el 20% de la deuda”, dice Calva.

Desde que cerró la empresa hasta la fecha, alrededor de 1,100 cobrecargos y 550 pilotos de Mexicana y han conseguido emplearse en otras aerolíneas nacionales, y otros 300 pilotos obtuvieron trabajo en líneas en Europa, Asia y África, según cifras de ASPA y la Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación (ASSA).

El resto se ha tenido que conformar con pago dispersados por un valor promedio de 64,800 pesos en poco más de nueve años que la empresa fue declarada en bancarrota.

‘Que responda Gastón Azcárraga’

Mexicana dejó de operar el 28 de agosto de 2010 y desde entonces, los extrabajadores han denunciado el adeudo de las liquidaciones, así como los malos manejos de la última administración de la aerolínea.

El 19 de febrero de 2014 la entonces Procuraduría General de la República (PGR) giró una orden de aprehensión en contra de Gastón Azcárraga Andrade, último propietario de la firma, por operaciones con recursos de procedencia ilícita. Desde entonces se le considera prófugo de la justicia.

Hasta ahora, el empresario ha recurrido a varios amparos para evitar que la justicia mexicana emita una orden internacional de captura y así evitar su extradición, pero eso se puede revertir en este sexenio, dice la ASPA.

Entre 2014 y 2019, los extrabajadores de Mexicana pidieron sin éxito a la hoy Fiscalía General de la República (FGR) que solicitara una ficha roja de la Interpol para detener al exdirectivo de Grupo Posadas.

Actualmente ven una mayor posibilidad de que el empresario comparezca ante la justicia mexicana, quien radica en Estados Unidos, según reportes periodísticos publicados en el último año.

“Esperamos que el gobierno de López Obrador sí ejerza las acciones que no se lograron en el sexenio anterior, para poder extraditar a Azcárraga a México y que responda ante los extrabajadores de Mexicana”, dijo Rafael Suárez, secretario de prensa de ASPA.