La relación comercial entre Estados Unidos y China dio un paso hacia adelante, ahora en el sistema financiero: Mastercard iniciará operaciones en el país asiático, como resultado del acuerdo “fase uno” firmado en enero por ambas economías.
En ese acuerdo, los reguladores de China indicaron que no tomarían más de 90 días para dar una respuesta a las solicitudes de los proveedores de servicios de pagos electrónicos como Mastercard, Visa y American Express.
Mastercard dijo que la decisión es “alentadora”, pues el país asiático es uno de los más importantes. El joint venture que la estadounidense formó con su socio NetsUnion Clearing tiene un año para empezar a operar, según el Banco Popular de China.
Con esto, el sistema financiero de China da muestras de la apertura para la llegada de firmas extranjeras que buscan establecer sus propias operaciones entre las que se encuentran firmas de seguros, gestión de activos y banca de inversión, según Bloomberg.
En junio de 2015, China flexibilizó las reglas para permitir que los proveedores extranjeros de compensación de tarjetas bancarias obtengan licencias mediante la creación de unidades o la adquisición de una empresa local con lo cual se puso fin al monopolio de la firma del Estado, China UnionPay.
¿A qué se enfrenta Mastercard?
La tarea no es sencilla: Mastercard entra al mercado más grande del mundo y a un ambiente en el que los consumidores prefieren los pagos móviles a las tarjetas. En 2018, las transacciones móviles ascendieron a 27 billones de dólares, según datos de iResearch.
Tan solo hasta septiembre del año pasado, China tenía 8,200 millones de tarjetas bancarias en circulación, de las cuales 90% eran de débito, según el medio especializado.
Mastercard reconoce que ante su llegada se debe enfrentar a grandes instituciones financieras de ese país.
American Express recientemente recibió la aprobación inicial para operar en China con el objetivo poner en circulación sus tarjetas bancarias, no obstante, aún espera la decisión final.