La industria de la cerveza artesanal en México se encamina hacia su peor crisis de la década.
Los productores del sector comenzaron el año con la esperanza de un nuevo marco tributario que les permita competir contra los industriales que acaparan más de 99% del mercado.
Sin embargo, el freno en las actividades productivas para evitar la propagación del coronavirus en México tiene contra la pared a la industria, que registra una caída en las ventas de entre 65% y 80%.
Ahora, los productores buscan reinventarse para ser parte del 60% de empresas que podría desaparecer en los próximos meses, de acuerdo con las estimaciones de la Asociación de Cerveceros de México (Acermex) hasta la primera quincena de marzo.
El cierre de comercios obligatorio por mandato de la Secretaría de Salud es una de las principales causas de la crisis.
“Nuestros principales puntos de venta que eran los bares y restaurantes que se encuentran cerrados desde hace varias semanas. Esto nos costó el 80% de las ventas mensuales”, dice María Antonieta Carrión, fundadora de Cerveza Madrina.
El cierre a nivel nacional de los negocios no esenciales obliga a los cerveceros a buscar otros medios de distribución. Y las ventas online son la mejor apuesta para algunas compañías.
Cerveza Insurgente, cuya sede se encuentra en Baja California, optó por una alianza con Amazon. Pero esta apuesta, que comienza a funcionar a partir del próximo lunes, no deja de ser un volado.
Mientras tanto, la crisis financiera pone en riesgo a 57% de la nómina del sector.
“Ojalá sea una forma de subsistir. Nosotros estamos manteniendo a todo nuestro equipo en nómina, siempre y cuando funcionen estas alianzas”, dice Iván Morales, cofundador de Insurgente.
La cervecera tijuanense, una de las más grandes en el país, no ha tenido que recurrir a despidos. Pero en otros casos sí.
Una encuesta realizada por la Acermex entre 90% de sus afiliados revela que solo en la segunda quincena de marzo se perdieron más de 100 puestos directos de trabajo a nivel nacional.
Si la situación económica se mantiene como hasta ahora, en los próximos tres meses estarán en juego hasta 4,000 de los 7,000 empleos directos que aporta la industria, dice Alejandro Magallanes, presidente de la Acermex.
Evolucionar o morir
La industria cervecera independiente se multiplicó vertiginosamente en los últimos siete años.
La producción de esta industria creció 1,686% al pasar de 10,594 hectolitros en 2011 a 189,250 hectolitros en 2018, de acuerdo con el reporte más reciente de la Acermex.
Los datos evidencian un crecimiento muy superior a la producción de las cerveceras industriales, que elevaron 41.5% su productividad en el mismo periodo al pasar de 84.7 millones a 119.7 millones de hectolitros, respectivamente.
No obstante, su participación en el mercado nacional es aún marginal. De acuerdo con la Comisión de Estadística de la Acermex, la venta de cerveza artesanal en México equivale al 0.57% del total.
Pese a que las ventas del sector rebasaron los 1,174 millones de pesos en 2018, la utilidad neta que promedian los cerca de 1,000 cerveceros independientes del país es de -8.8 %, lo que contribuye al desastre.
Para 2021 los productores contemplaban llegar al 1% de las ventas nacionales de cerveza. Pero la crisis por el coronavirus que se multiplica por más de 180 países según la Universidad Johns Hopkins, amenaza con impedir el cumplimiento de esa meta.
Ante la ausencia de un apoyo contundente por parte del gobierno federal hacia este sector, la única alternativa para sus representantes es la reinvención, dice Magallanes.
“El lado positivo es que nos está obligando a las empresas a hablarle al público para entrega directa y la gente está apoyando. Las marcas que entiendan este cambio de economía y este nuevo modelo de negocios van a salir más fuertes que nunca”, dice el también propietario de la cerveza Loba.
Los dueños de Cerveza Insurgente están haciendo lo propio y esperan que otras firmas se sumen. Además de Amazon, la marca bajacaliforniana está ofreciendo sus productos a través de la plataforma de entregas a domicilio Huerta verde.
También se están encargando de realizar sus propias entregas en Ciudad de México.
“Por ahora no podemos pedir nuevos préstamos para sobrevivir otros cuatro meses porque no se sabe cuánto va a durar la crisis. Lo único que queda es esperar que la gente siga comprando en apoyo a nuestras cervezas”, dice María Antonieta Carrión.