La Liga del Balompié Mexicano (LBM), una organización de futbol recién creada, busca implementar un modelo de negocios similar al de la Premier League de Inglaterra y que nunca se ha explorado en el deporte del país.

Javier González Levy, director de difusión de la Asociación Nacional de Balompié Mexicano (ANBM), lo define como una estrategia de “patrocinios globales” que serán divididos en partes iguales a los clubes que integren la liga.

Estos patrocinios incluyen los derechos de transmisión en televisión, los uniformes, cervezas, refrescos y otros productos de consumo que se vendan en los estadios, así como cualquier otra marca vinculada con la LBM.

Con esto, la ANBM quiere quitar a sus equipos la responsabilidad de tener que conseguir su propio financiamiento externo y que así se puedan enfocar plenamente en sus proyectos deportivos, explica el directivo.

“Ofrecemos a nuestros agremiados quitarles esa tarea que consume recursos, tiempo de negociaciones, para que se dediquen a armar planteles competitivos. Para las marcas también resulta atractivo el esquema”, dice González Levy.

El primer torneo organizado por la LBM iniciará en septiembre de 2020, aunque aún no hay fecha exacta ni los montos de la premiación al campeón de la competencia, explica el directivo.

En cuanto a la estructura de la liga, aún es desconocido el número de equipos que jugarán en la liga pero la ANBM espera aglomerar al menos a una docena de escuadras repartidas en plazas donde no hay futbol de Primera División.

Actualmente la LBM está en negociaciones con dos cadenas televisivas que están interesadas en transmitir sus contenidos. En el negocio de futbol este es uno de los segmentos más importantes para los inversionistas, admite González Levy.

También están en pláticas con una marca deportiva que busca vestir a todos los futbolistas de la liga, que aspira a profesionalizarse en los próximos años. Sin embargo, por confidencialidad los nombres de las empresas no pueden ser revelados.

Apoyo a la juventud

La LBM surgió de una idea para dar una nueva oportunidad a los jóvenes que no pudieron ser futbolistas profesionales, debido a las dificultades que implica el camino a la primera división nacional.

De acuerdo con González Levy, la formación del nuevo organismo que iniciará con un perfil de semiprofesionalidad, ayudará a promover la competencia más equilibrada que la Liga MX, donde las fuerzas de los equipos son muy dispares.

Las ciudades donde se tiene contemplado arrancar el proyecto son Ciudad de México, Acapulco, Ensenada, Manzanillo, Tepic, Colima, Puerto Vallarta y Sayula, Guanajuato, Veracruz, Querétaro, Michoacán y Tamaulipas, aunque solo están confirmadas las primeras ocho.

La LBM no intentará competir con la Liga MX que organiza la Federación Mexicana de Futbol (FMF), pero espera contar con el reconocimiento por parte de dicho ente en los próximos años.

Además, buscarán el registro oficial de la Federación Internacional de Futbol Asociación​ ​(FIFA), aunque los responsables de la competencia admiten que es un reto complicado lograr ese reconocimiento.

Las reglas de competencia serán diferentes a las que se siguen actualmente en la primera división mexicana.

Por ejemplo, la nueva liga permitirá cinco jugadores extranjeros por equipo, mientras que las reglas de la Liga MX permiten nueve. Para poder formar parte de la LBM, los equipos deben pagar cinco millones de pesos (mdp).

A cambio, recibirán por partes iguales los beneficios financieros que la liga logre obtener para ellos. Eso incluye los derechos de transmisión por televisión.

Es un esquema similar al que utiliza la Liga Premier de Inglaterra, donde los equipos reciben millones de euros de manera igualitaria.

Para la temporada 2018-2019, más de dos décadas después de que se implementó esta estrategia, cada uno de los 20 equipos recibió 43 millones de euros (mde) por derechos internacionales de televisión, más 34 mde por el resto de patrocinios.

Para el periodo 2019-2022, la liga inglesa aumentó 8% el valor de sus derechos audiovisuales, gracias a la revalorización de sus retransmisiones internacionales, que compensan la caída en Reino Unido.