Habilitar más plantas termoeléctricas para dar más poder a la Comisión Federal de Electricidad (CFE)  en la generación de energía, es solo un pretexto del gobierno federal para mantener las plazas del personal que labora en la empresa estatal, pues las tecnologías renovables y limpias que van ganando terreno en el mundo, ya no requieren de capital humano.

Invertir en plantas termoeléctricas es similar a utilizar viejas computadoras, ya que representan costos fijos altos que no logran eficiencia ni menores precios para los consumidores, dijo en entrevista Eduardo Prud’homme, socio en la consultoría Gadex y especialista para Natural Gas Intelligence.

En un parque eólico no hay gente trabajando en las unidades de generación, operan con el viento y se puede monitorear a  distancia, los mantenimientos son con equipos automatizados, incluso con drones. El gran perdedor de este cambio tecnológico son los grandes sindicatos tanto de CFE como de Pemex

explicó el especialista.

El pasado 4 de agosto, el presidente Andrés Manuel López Obrador, informó que modernizará 12 hidroeléctricas y licitará seis termoeléctricas.

Prud’homme sostuvo que en la central de generación de la CFE hay sobrepoblación de personal y que ese equipo calificado o no, tiene la amenaza de ser desplazado por la tecnología.

Resistir al uso de fuentes renovables impide reducir costos 

Para Prud’homme, el país y la economía están pagando los platos rotos de tener un monopolio en el sector eléctrico como es la CFE, al que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador busca dar más poder, mediante las reformas a la Ley de Industria Eléctrica (LIE).

 Se afecta a toda la planta productiva, al final, los usuarios industriales hoy pagan energía eléctrica mucho más cara de la que pagarían en otro país, e incluso en sus procesos de cogeneración y de autoabasto

destacó.  

Actualmente hay plantas térmicas con eficiencia superior a las termoeléctricas. Estas últimas se caracterizan por quemar para generar vapor que se convierte en energía mecánica que mueve a una hélice y que el presidente planea habilitar plantas que usan combustibles pesados, como el diésel, combustóleo o gas.

Las plantas más eficientes son las de ciclo combinado porque tiene dos procesos. Uno, donde se quema el combustible para generar calor, que a su vez calienta agua en una caldera que genera vapor y que mueve una turbina.

A su vez, ese proceso térmico genera un flujo de gases y mediante los diferenciales de temperatura se genera un vacío que succiona el gas. Esa energía puede ser utilizada en una segunda turbina, por lo tanto se aprovecha tanto la capacidad térmica como la misma energía mecánica de la conducción.

En cambio, la eficiencia de las plantas que requieren diésel o combustóleo es muy inferior, por mucho que reciban mantenimiento.

Hidroeléctricas comprometerían al Sistema Eléctrico Nacional

La energía producida en México a través de hidroeléctricas, que son un tipo de planta diferente a las termoeléctricas, representa sólo 7% del total de las tecnologías que participan en la generación, ya que la mayoría, el 56% se produce con gas natural, según el Programa de Obras e Inversiones del sector eléctrico (Poise).

En China, la participación de las hidroeléctricas en la generación de energía es de 19% del total, mientras que en Japón y en Estados Unidos es de 8 y 7%, respectivamente.

Sin embargo, las hidroeléctricas pueden comprometer la confiabilidad del Sistema Eléctrico Nacional si la Comisión Nacional de Agua (Conagua) no realiza un adecuado control de los volúmenes que se requieren para cubrir la demanda de electricidad, advirtió Casiopea Ramírez, analista del sector energético y socia de Fresh Energy Consulting.

Dijo que Conagua a través de su Comité Técnico y los Organismos de Cuenca, administra los recursos hídricos de México y determina su disponibilidad según las prioridades establecidas en  la Ley Nacional de Aguas .

Mencionó que es imprescindible que Conagua lleve un control adecuado de los volúmenes disponibles de agua para atender las necesidades del país.

Si Conagua no puede llevar el control adecuado de volúmenes, entonces hay un problema, porque no podemos confiar en una generación constante de esos volúmenes de agua, porque eso depende de varias cosas, del clima, de que haya agua o no.  Eso sí compromete la confiabilidad del sistema

mencionó Ramírez.