Johnson & Johnson se acercó a otros fabricantes de vacunas contra el COVID-19 para unirse en un esfuerzo por estudiar los riesgos de coágulos de sangre, reportó este viernes The Wall Street Journal, citando a personas familiarizadas con el asunto.
AstraZeneca, que había sido afectada durante semanas por preocupaciones similares sobre la coagulación, aceptó, mientras que Pfizer y Moderna declinaron, diciendo que sus vacunas parecían seguras, según el informe.
Las agencias federales de salud de Estados Unidos recomendaron el martes suspender el uso de la vacuna de J&J por al menos unos días después de que seis mujeres menores de 50 años desarrollaron coágulos de sangre poco comunes tras vacunarse.
La semana pasada, los reguladores europeos dijeron que estaban estudiando coágulos de sangre raros en cuatro receptores de la inyección de J&J en Estados Unidos, después de lo cual, según el informe de WSJ, la compañía comenzó a comunicarse con otros fabricantes de vacunas.
Pfizer y Moderna objetaron porque no vieron la necesidad de duplicar los esfuerzos de agencias y empresas que ya estaban buscando casos de coágulos sanguíneos e investigando la causa, según el informe.
Quienes recibieron las vacunas Pfizer y Moderna no informaron el evento adverso específico, dijeron las compañías.
J&J, AstraZeneca, Pfizer y Moderna no estuvieron disponibles de inmediato para hacer comentarios sobre el informe.
En ese sentido, J&J cree que el intercambio científico colaborativo puede ayudar a responder preguntas sobre la seguridad del paciente, dijo un portavoz de la compañía.
La compañía está en conversaciones con las autoridades sanitarias de Estados Unidos y Europa con respecto a los datos sobre eventos de coágulos. AstraZeneca ha dicho que está de acuerdo con los reguladores que dicen que los beneficios de la inyección superan los riesgos, y la compañía está trabajando con las autoridades en más revisiones de los datos de seguridad,
agrega el medio especializado