Debido a la suspensión de actividades en el sector construcción durante los meses de abril y mayo a causa de la emergencia sanitaria por el COVID-19, las ventas de vivienda de Javer se redujeron 14.6% en el segundo trimestre del año.

En el reporte enviado a la Bolsa Mexicana de Valores, Javer detalló que las unidades escrituradas en el segundo trimestre de 2020 fueron 3,205.

La menor venta de unidades tuvo impacto en los ingresos netos del negocio, que cayeron a 1,634.7 millones de pesos en el trimestre, lo que supone una caída de 9.2% respecto a lo reportado en el mismo periodo de 2019.

En el balance, la reducción de ingresos refleja un menor desplazamiento de unidades, el cual fue parcialmente compensado por el efecto positivo de la mejora en la mezcla de productos y el incremento en el precio promedio de ventas.

En tanto, el flujo operativo (EBITDA) de la firma creció 4.4% a 249.7 millones de pesos, comparado con los 239.1 millones del segundo trimestre de 2019, donde la disminución en ingresos fue compensada por las eficiencias en costos y la optimización en gastos operativos y de administración.

El informe de resultados financieros reveló que el resultado neto fue de 46 millones de pesos, debido a las eficiencias en los costos y gastos fijos.

Además, el flujo libre de efectivo fue de 173.5 millones de pesos en el segundo trimestre en comparación con los 61.9 millones de pesos del mismo lapso de hace un año, principalmente por el incremento en EBITDA junto con un menor desembolso en la adquisición de reservas territoriales.

Lo anterior debido a que, ante la contingencia sanitaria la compañía decidió racionalizar sus inversiones de capital.

Sin duda, este segundo trimestre del año quedará marcado por la volatilidad e incertidumbre, así como por el agravamiento en cuestiones de salud pública que desencadenó la emergencia sanitaria causada por el COVID-19

dijo René Martínez, director general de la compañía. 

El directivo recordó que a partir del 1 de junio la industria de la construcción fue considerada como actividad esencial y se retomaron operaciones, cumpliendo con los protocolos de seguridad sanitaria y los lineamientos técnicos de nuestro entorno laboral para un regreso seguro.

Sin embargo, señaló que el efecto de estar detenidos por dos meses ocasionó el freno en el ritmo de producción, y en combinación con el control de inventarios que los distingue, se generó una contracción en la disponibilidad de producto terminado, “por lo que se requiere de tiempo e inversión para regresar a los niveles anteriores”, dijo.