En cuatro décadas de historia, la industria de cines mexicanos no enfrentaba un reto tan profundo como el de ahora. Ni la crisis mundial de 2008 y 2009, tampoco el ‘error de diciembre’, e incluso crisis económicas anteriores le provocaron un golpe tan fuerte como la pandemia por COVID-19.

El año pasado apenas se vendieron 64.7 millones de boletos para ir a una función de cine en México, colocándola como la cifra más baja desde 1980, última fecha que el Inegi tiene registro.

El año en el que se pusieron en el mercado un volumen similar de boletos fue 1996, cuando asistieron 67.5 millones de personas.

Además, 2020 significó la caída más pronunciada en los últimos 40 años, con una variación negativa interanual de 80.7%, de acuerdo a información recopilada por EL CEO con datos del Inegi y de ComScore.

En cuanto a ingresos, la embestida fue igual de agresiva. Se reportaron 3,714 millones de pesos en taquilla, que significó una caída de 79.6% con respecto a lo obtenido el año inmediato anterior. Así, es el peor descenso en 40 años.

El monto ingresado es similar a lo obtenido en 2004, cuando el importe por concepto de venta de boletos fue de 3,804 millones de pesos.

El Box Office de México en 2020 fue de 3,714 millones de pesos y 64.7 millones de boletos. No tuvimos un ligero retroceso: tuvimos el peor año en décadas

de acuerdo a un blog de ComScore escrito por Luis Vargas, vicepresidente para Latinoamérica de la investigadora de mercados.

Desde finales de marzo de 2020, las cerca de 7,500 salas distribuidas en todo el país tuvieron que cerrar, como parte de las acciones decretadas por el gobierno para contener y prevenir contagios de la enfermedad respiratoria.

Para verano, algunos estados comenzaron a reabrir los cines -cuando el semáforo local pasaba del rojo al naranja-, con una restricción para albergar al 30% del total de su capacidad.

No obstante, para otoño e invierno, varios estados regresaron a alerta máxima por la escalada de nuevos contagios y la saturación en camas de hospitales, lo que llevó a los complejos a volver a bajar el telón. Hasta el momento 10 estados, incluidos Nuevo León, Jalisco, Estado de México, Morelos y Ciudad de México, permanecen en semáforo rojo.

Menor cantidad de salas de cine en 27 años

El número de salas de cine que abrieron en México el año pasado es el más bajo desde 1993, pues solo se expandió 0.9% y hace 27 años se contrajo 20%.

En la última década el ritmo de crecimiento fue agresivo, pues en promedio crecía casi 5% anual de manera sostenida, de acuerdo a ComScore. Pero, la década del 2000 significó el auge de los cines con multisalas, con un aumento promedio de 11% al año. Anteriormente, los cines solo contaban con una pantalla, con varios cientos de butacas disponibles.

La Cámara Nacional de la Industria Cinematográfica (Canacine), basada en las proyecciones de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, instituciones financieras y del gobierno estadounidense, espera que la industria se reactive paulatinamente en el segundo trimestre del año y que, para el tercero, tome fuerza gracias a los estrenos de verano.

El enfrentamiento del cine tradicional contra las plataformas de streaming agarra fuerza

Cinépolis, sin mostrar signos de recuperación

La cadena de cines más grande del país está negociando la entrada de un mecanismo conocido como Stand Still que le daría un respiro ante las deudas de más de 1,000 millones de dólares que arrastra con los bancos BBVA, HSBC, Banco Santander y Bancomext.

La empresa de Alejandro Ramírez financió su expansión por México y el mundo al contratar créditos y emitir deuda, la cual ha sido casi imposible de pagar debido a la crisis por la que pasa todo el sector.

Un Stand Still son dos pasos antes al concurso mercantil, donde una empresa debe ponerse de acuerdo con sus acreedores para ganar tiempo en lo que pasa un evento extraordinario que está complicando sus obligaciones

comentó Amin Vera, director de análisis económico en BW Capital.

El tiempo que estaría pidiendo la cadena estaría entre tres y seis meses, mientras se lleva a cabo la inoculación de los mexicanos.

“Una práctica común cuando entras en Stand Still es la renegociación de los waivers, condiciones que ponen los prestamistas para asegurarse que la empresa podrá pagar. Un ejemplo es asegurar el flujo de efectivo que tendrá la empresa en los siguientes años, por ejemplo, que será tres veces lo que necesita para pagar”, dijo Vera.

Por lo pronto, Cinépolis y toda la industria, está en la expectativa del desarrollo del plan nacional de vacunación contra el COVID-19.