La importación ilegal de diésel a través del puerto de Tuxpan costaba al erario mexicano alrededor de 150 millones de pesos al mes, según explicó José Rafael Ojeda Durán, secretario de Marina, en conferencia de prensa esta semana.

La operación es sólo una de muchas denunciadas por los propios comercializadores e importadores desde hace más de 18 meses, y la mayoría de estas continúan operando incluso en aduanas terrestres.

El primer modo de operar para evitar el cobro de impuestos es en la facturación. Las compañías estadounidenses que realizan la venta establecen en la factura que el artículo importado es aceite para uso industrial en vez de diésel, con el objetivo de evitar el pago de IEPS.

“El diésel paga alrededor de seis pesos de IEPS, por lo que se va acumulando. Las aduanas regularmente no revisan el producto y sólo checan el pedimento, ya sea por parsimonia o por buena fe”, explicó Santiago Arroyo, abogado experto en materia energética.

La segunda modalidad, que fue la que Ojeda Durán reportó haber identificado en el puerto de Tuxpan, es la de evitar por completo el recinto fiscal. El secretario de Marina explicó que se detectaron descargas de combustible ocurridas entre las dos y las cinco de la mañana que pasaban sin revisión fiscal.

Antes de los operativos, en Tuxpan se realizaban dos operaciones por mes que descargaban 322,000 litros de diésel pagando 50.4 millones de pesos por operación. Ahora se realiza sólo una que descarga 200,000 barriles y paga 250 millones de pesos en impuestos.

Expertos relacionados con la logística y los procesos de importación detallaron que existen operaciones que utilizan otros trucos como el subreporte de la carga y el sobre reporte de merma para evadir impuestos, además de varias combinaciones de todos los modos antes mencionados. Además, revelaron que este tipo de operaciones siguen ocurriendo en otros puntos del país, sobre todo en las aduanas terrestres, debido a la enorme cantidad de vehículos que cruzan.

Arroyo explicó que los importadores y comercializadores que han incurrido en este tipo de prácticas son una minoría, y resaltó que los casos también requieren de la complicidad de algunos vendedores en Estados Unidos.

Además, detalló que hay empresas que han sido bloqueadas por asistir a otras compañías con irregularidades que ellos mismos no habían detectado.

En México existen 594 permisos de comercialización de hidrocarburos, 64 permisos de importación de diésel y 97 permisos de importación de gasolina.

La evasión alcanzó su punto máximo en febrero, cuando la administración comenzó a responder a los reportes que había recibido de prácticas ilegales, e incluso redobló su vigilancia en algunos puntos de la cadena logística.

El nuevo enfoque del gobierno hacia esta práctica podría transformar el panorama de la importación de hidrocarburos: “La autoridad tiene identificados los permisos que se están abusando, así como identificaron este movimiento también muchísimos otros (…) Hace falta que se realice la labor de investigación”, detalló Arroyo.