La Comisión Federal de Electricidad (CFE) y las empresas del sector industrial serán las más afectadas por la cancelación de dos gasoductos de la empresa Transcanada en la región del centro y occidente del país.
La compañía anunció recientemente la suspensión de las obras de los ductos Tuxpan –Tula y Tula-Villa de Reyes, que tenían como objetivo ayudar a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) a importar gas natural desde Estados Unidos.
La situación es grave porque el gas que traerían sería canalizado mayormente a la CFE para generar energía barata y, en segundo lugar, a abastecer a empresas que se encuentran en los corredores industriales de la región que abarca Veracruz, Tula y San Luis Potosí.
De acuerdo con especialistas, la decisión de la empresa podría generar alzas en los costos de producción de energía eléctrica que se traducirán, en el mediano plazo, en mayores tarifas al usuario final (incluyendo empresas), así como crear dificultades para atender la demanda de gas natural de empresas instaladas en los corredores industriales de la zona.
Si este proyecto no se llega a terminar, la zona centro y occidente del país van a tener costos altos de electricidad
Ramsés Pech, analista del sector energético y economía.
El aumento en los costos ocurrirá porque el gas natural es uno de los principales insumos de la CFE para generar energía eléctrica. En los últimos años, comenzó a sustituir el combustóleo y diésel por fuentes menos costosas y menos contaminantes como el gas natural.
Con la suspensión de este proyecto, ahora tendrá que seguir recurriendo al uso de combustóleo para seguir abasteciendo la creciente demanda de energía, explicó Gonzalo Monroy, director de la consultoría especializada en sector energético GMEC.
De acuerdo con Ramsés Pech, el combustóleo actualmente es hasta 300% más caro que el gas natural. Este último está en cuatro dólares por millón de BTU (MMBTU), mientras el combustóleo se ubica en 13 dólares por MMBTU.
Los mayores costos de producción se verían reflejados en las tarifas en el mediano plazo, coincidieron los expertos, pues hoy todavía tienen subsidios.
La CFE emprendió el año pasado un plan para eliminar gradualmente los subsidios directos e indirectos que se aplicaban a las tarifas por parte del gobierno federal, a través de la aplicación de una nueva metodología para determinar las tarifas. Esta se empezó a aplicar en noviembre de 2017.
“Cuando desaparezca ese subsidio, que será dentro de poco, el precio de la electricidad será real”, agregó Pech.
Apenas en agosto de este año, empresarios industriales del sureste del país pidieron una revisión en sus tarifas eléctricas por tener aumentos mensuales de 6%.
Según reportaron algunos medios de comunicación, Bepensa, que embotella productos Coca-Cola y produce bebidas bajo la marca Caribe Cooler, estaría interesada en establecer una nueva planta en Querétaro y no en Yucatán, debido a los altos costos de la electricidad.
El impacto en el sector industrial
En México existen empresas que utilizan el gas natural para sus procesos industriales como las productoras de acero, químicos o incluso alimentos y bebidas. Y mientras su demanda de gas aumenta, las fuentes de suministro se mantienen iguales.
Empresarios industriales del sur del país enfrentaron recientemente una amenaza sobre un posible desabasto de gas natural en la región.
Pemex aseguró que el abasto seguirá, pero es un hecho que enfrenta problemas para surtir a sus clientes; cada vez produce menos y lo poco que produce es prácticamente para autoconsumo. Es decir, para utilizarlo en sus propios procesos y para dar servicios a algunos clientes industriales.
Pemex también redujo sus importaciones, ya que se ha visto obligado a invertir los recursos que tiene -de tiempo y dinero- principalmente al crudo, que es lo más rentable.
Por este motivo, la CFE se ha visto en la necesidad de importar gas natural a través de una red de gasoductos licitados. Estos son construidos y operados por empresas que ayudan a la empresa productiva del estado a importar ese gas. Transcanada es una de ellas.
“El 80 u 85% de la capacidad del ducto sería para la CFE (para generar electricidad) y deja una parte residual para las empresas”, dijo Monroy.
Los proyectos de Trancanada representaban en conjunto una inversión de 20,000 millones de pesos y 700 kilómetros de ductos. La obra tenía un avance de 80%, pero argumentó problemas para negociar con las comunidades.
“Si México quiere tener energía de calidad, debe invertir y coordinar con la sociedad para tener una mejor la calidad de vida”, agregó Pech.
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