El presidente Andrés Manuel López Obrador ha presumido en múltiples ocasiones que se está fortaleciendo a Pemex, y que la empresa tiene más apoyo del gobierno federal que nunca durante este sexenio. Sin embargo, el presupuesto de la petrolera no ha crecido en términos reales, y el subejercicio y la estrategia interna de administración parecen ser su mayor lastre.

“A pesar del discurso oficial, cuando se revisan las cifras del presupuesto asignado y la cuenta pública, en términos reales hubieron disminuciones. En el periodo de 2013 a 2018 el presupuesto promedio fue de 686,000 millones de pesos . Entre 2019 y 2021 el presupuesto es de 537,000 millones de pesos promedio”, destacó Tonatiuh Vázquez, coordinador de Transición Energética y Finanzas Públicas del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP).

De acuerdo con el Centro, el presupuesto anual más pequeño que se le dio a la petrolera durante el sexenio pasado fue de 554,000 millones de pesos, en 2018. Esto representa una cifra 3% más grande que el promedio de los últimos tres años.

El año pasado, la petrolera registró un subejercicio de 100,000 millones de pesos en su presupuesto, y su inversión en infraestructura física fue la menor desde 2012 en términos reales, al alcanzar sólo 203,000 millones de pesos.

Vázquez destacó que la disminución a los Derechos de Utilidad compartida, el aumento de ganancias producto del alza en la demanda y el apoyo del gobierno para pagar la deuda de la compañía son elementos importantes que pesan en sus finanzas, pero consideró que el subejercicio no es positivo, y que éste refleja falta de mantenimiento de sus instalaciones, de las cuales dependen los resultados futuros de la empresa.

“Cuando uno ve los números no es tan cierto lo que dice el gobierno. La inversión de Pemex ha estado baja, y vale la pena analizar cuáles son los rubros que han visto más reducciones, porque no es lo mismo que Pemex invierta en exploración que en refinación, porque sabemos que la venta de petróleo es el negocio”, señaló Mariana Campos, coordinadora del Programa de Gasto Público de México Evalúa.

La experta dijo que la baja inversión en la petrolera es crítica, pues muestra que en este gobierno no hay una relación directa entre la narrativa y los datos. Vázquez advirtió además que el presupuesto no cuenta la historia completa, y que la empresa sólo se fortalecerá si existe una compatibilidad entre el presupuesto aprobado y el presupuesto ejercido.

“Ya me sorprende mucho el esfuerzo que se está haciendo para Dos Bocas y Deer Park, porque bajo principios de rentabilidad estrictos no hubieran sido aprobadas. Hasta ahorita van 10,000 millones en Dos Bocas y nunca se tuvieron los estudios de costo-beneficio”, lamentó Rosanety Barrios, analista independiente del sector.

La experta dijo que la estrategia que se había planteado el sexenio pasado, basada en migración de contratos y farmouts, era un buen primer paso para mejorar la rentabilidad de la petrolera estatal, aunque admitió que había temas pendientes en cuestiones de transición energética.

Barrios dijo además que esto no es sólo un tema de dinero, pues la compañía tiene vicios de origen que le impiden ejecutar de forma eficiente. “Se necesitan 50 manos y Pemex sólo tiene dos. Se está cavando un hoyo cada vez más profundo y por lo visto no hay forma de detenerlo, porque es un tema ideológico, no económico”, advirtió.

La experta recordó que el dinero no es del Presidente, sino de los mexicanos, por lo que las fallas en la estrategia tienen un peso cada vez mayor sobre el soberano. “Tan es equivocada la estrategia que Pemex ya no está pagando su deuda. Dejó de producir dinero, y si le ponemos dinero para que opere es algo que claramente no le conviene a México”, dijo.