JP Morgan Chase, el banco más grande de Estados Unidos, llegó a un acuerdo para absorber a First Republic, después de que los reguladores tomaran posesión de la institución regional este lunes, luego de que fracasara un último esfuerzo para persuadir a los prestamistas rivales de mantener a flote al banco en dificultades.
La incautación de First Republic resultó en la mayor quiebra bancaria desde la crisis financiera de 2008, cuando Washington Mutual colapsó. En ese entonces, también fue JPMorgan quien ganó los activos de los bancos en quiebra.
Desde el repentino colapso de Silicon Valley Bank en marzo, la atención se ha centrado en First Republic como el eslabón más débil del sistema bancario estadounidense.
Al igual que SVB, que atendía a la comunidad de nuevas empresas tecnológicas, First Republic también era una especie de prestamista especializado con sede en California. Se enfocó en servir a los estadounidenses ricos de la costa, atrayéndolos con hipotecas de bajo interés a cambio de dejar efectivo en el banco.
Pero ese modelo se deshizo a raíz del colapso de SVB, ya que los clientes de First Republic retiraron más de 100,000 millones en depósitos, reveló el banco en su informe de ganancias del 24 de abril. Las acciones de First Republic habían perdido 97% al cierre del viernes.
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Detalles del acuerdo
JPMorgan obtendrá alrededor de 92,000 millones de dólares en depósitos en el acuerdo, que incluye los 30,000 millones de dólares que éste y otros grandes bancos depositaron en First Republic el mes pasado. El banco está tomando 173,000 millones en préstamos y 30,000 millones en valores también.
La Corporación Federal de Seguros de Depósitos acordó absorber la mayoría de las pérdidas en hipotecas y préstamos comerciales que está recibiendo JPMorgan, y también le proporcionó una línea de crédito de 50,000 millones de dólares.
El banco está reservando una ganancia única de alrededor de 2,600 millones de dólares y espera gastar alrededor de 2,000 millones en costos de integración durante los próximos 18 meses.
Además, la adquisición agregará más de 500 millones de ganancias anuales a JPMorgan, excluyendo los costos únicos. Como parte de la transacción, JPMorgan dijo que estaba haciendo un pago de 10,600 millones a la FDIC.
El banco dijo que las sucursales de First Republic operarán normalmente, aunque planea retirar la marca First Republic.
Las acciones de JPMorgan bajaban alrededor de 0.7% al inicio de las operaciones de este martes, después de registrar un alza de 2.14% en la sesión previa, de acuerdo con datos de Investing.
Esta adquisición beneficia modestamente a nuestra empresa en general, beneficia a los accionistas, ayuda a avanzar aún más en nuestra estrategia patrimonial y complementa nuestra franquicia existente
señaló el CEO de JPMorgan, Jamie Dimon, en un comunicado.
Tras la toma de posesión, el Departamento del Tesoro trató de tranquilizar a los estadounidenses sobre el sistema financiero del país.
El sistema bancario sigue siendo sólido y resistente, y los estadounidenses deberían sentirse confiados en la seguridad de sus depósitos y en la capacidad del sistema bancario para cumplir su función esencial de proporcionar crédito a empresas y familias
dijo un portavoz del Tesoro.
Transacción con un costo de 13,000 mdd
La subasta del fin de semana, que atrajo ofertas de JPMorgan Chase y PNC, así como el interés de otros bancos, fue un “proceso de licitación altamente competitivo”, indicó la FDIC.
La transacción le costará al Fondo de Seguro de Depósitos de la FDIC un estimado de 13,000 millones de dólares, según el regulador. A modo de comparación, el proceso SVB le costó al fondo unos 20,000 millones.
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Origen del problema
La fuga de depósitos de First Republic en el primer trimestre obligó a la institución a tomar grandes préstamos de las instalaciones de la Reserva Federal para mantener las operaciones, lo que presionó los márgenes de la empresa porque su costo de financiamiento es mucho más alto ahora.
First Republic representó el 72% de todos los préstamos de la ventanilla de descuento de la Fed recientemente, según el estratega jefe de BCA Research, Doug Peta.
El 24 de abril, el CEO de First Republic, Michael Roffler, buscó retratar una imagen de estabilidad después de los eventos de marzo, al afirmar que las salidas de depósitos se habían desacelerado en las últimas semanas.
Pero las acciones se desplomaron después de que la empresa desautorizó su orientación financiera anterior y Roffler optó por no responder preguntas después de una conferencia telefónica inusualmente breve.
Los asesores del banco esperaban persuadir a los bancos más grandes de Estados Unidos para que ayudaran a First Republic una vez más. Una versión del plan que circuló recientemente consistía en pedir a los bancos que pagaran tasas superiores a las del mercado por bonos en el balance de First Republic, lo que le permitiría obtener capital de otras fuentes.
Pero finalmente los bancos, que se habían unido en marzo para inyectar 30,000 millones de dólares en depósitos en First Republic, no pudieron ponerse de acuerdo sobre el plan de rescate y los reguladores tomaron medidas, poniendo fin a la carrera de 38 años del banco.
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Con información de CNBC
