La posibilidad de que el presidente Andrés Manuel López Obrador elimine los tiempos oficiales en radio y televisión podría significar para los radiodifusores la victoria de una añeja demanda que tendría más ganancia política que comercial, de acuerdo con analistas de la industria.

Un nuevo decreto que elimine tiempos oficiales implicaría independencia política para los radiodifusores, al dejar de abrir espacios en los que el gobierno pueda introducir cualquier mensaje, comentó Jorge Bravo, presidente de la Asociación Mexicana de Derecho a la Información (AMEDI).

Mediante decreto se eliminaría este impuesto para la radio y la TV en especie, lo que llevaría a que los radiodifusores dejaran de pagar al gobierno con tiempo aire

En consecuencia, la liberación de los tiempos oficiales permitiría que los radiodifusores usaran ese tiempo para programación o publicidad libremente.

En octubre de 2002, el entonces presidente Vicente Fox emitió un decreto que modificó los tiempos oficiales, que desde entonces representan el 1.25% de los tiempos de la radio y la televisión radiodifundidos, que desde 1969 y hasta ese entonces eran del 12.5%.

El 31 de diciembre de 1968 el Diario Oficial de la Federación estableció un impuesto que grava el importe total de los pagos que se efectúen por los servicios prestados por empresas que funcionan al amparo de concesiones federales para el uso de bienes del dominio directo de la Nación.

Lo anterior, siempre que la actividad del concesionario esté declarada expresamente de interés público por la ley, un mandato que entró en vigor el 1 de julio de 1969.

El compromiso

La semana pasada, durante la clausura de la 60 Semana Nacional de Radio y Televisión, el primer mandatario se comprometió ante los empresarios hacer un análisis sobre los tiempos oficiales.

Voy a analizar lo de los tiempos oficiales. Un gobierno democrático no necesita de propaganda, no necesita de muchos tiempos oficiales, ¿para qué tanto?

dijo López Obrador en el marco de su mensaje a los miembros de la Cámara Nacional de la Industria de Radio y Televisión (CIRT).

Entre otras de las razones que el mandatario enumeró para considerar eliminar los tiempos oficiales está el hecho de “garantizar el derecho del pueblo a la información” a través de la radio y la televisión abiertos.

Una tercera razón, dijo ante empresarios, se centra en que él, en su calidad de Presidente, tiene las conferencias matutinas diarias como vía para comunicarse con la ciudadanía.

No me hace falta que haya demasiado tiempo oficial, ahí oportunidad de comunicarme

Las consecuencias

Aunque el compromiso de López Obrador estaría enfocado al tiempo fiscal, para Bravo, el problema vendrá después dado que ese tiempo oficial se utiliza, por ejemplo, en procesos electorales, lo que genera incertidumbre de qué pasará en una próxima época electoral.

En ese sentido, el también director general de Digital, Policy & Law precisó que los tiempos oficiales no son del gobierno, sino del Estado, por lo que, en caso de eliminarlos, impactaría negativamente a otros poderes del Estado, al INE, a órganos autónomos, a partidos políticos, a candidatos y a precandidatos.

Actualmente, los tiempos oficiales se reducen a 18 minutos en radio y 35 minutos en televisión repartidos de entre 6 de la mañana a las 12 de la noche.

Al respecto, Irene Levy, directora de Observatel, dijo en su comentario semanal en Radio Educación que no existe una obligación del Estado de utilizar todos esos minutos, por lo que el concesionario puede elegir.

En esa línea, Levy dijo que la eliminación de los tiempos oficiales sacrificaría la posibilidad de que el Estado utilice ese tiempo para campañas de vacunación o información a la población sobre desastre, además de ser un revés para los medios públicos.