La Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA) dijo este lunes que propondrá la necesidad de realizar cuatro cambios claves al diseño del Boeing 737 MAX para eliminar los problemas de seguridad vistos en los dos choques que resultaron en la muerte de 346 personas y que llevaron a que el avión dejara de ser utilizado en marzo de 2019.

La agencia propondrá la directiva de aeronavegabilidad para requerir actualizaciones al software de control de vuelo, modificaciones al software de las pantallas para generar alertas, cambios a procedimientos operativos de la tripulación, y a las rutas de algunos conjuntos de cables.

Aún quedan medidas pendientes para retomar la comercialización de este modelo, incluyendo la finalización de los procedimientos de entrenamiento para pilotos, que deben ser completados antes de que el 737 MAX pueda volver a volar. El público tendrá 45 días para comentar sobre los cambios, y aún no está claro si los vuelos se volverán a realizar durante 2020.

La FAA dijo en un reporte de 96 páginas publicado este lunes que “ha determinado de forma preliminar que los cambios propuestos al diseño, procedimientos de tripulación, y procedimientos de mantenimiento del 737 MAX, mitigan los riesgos de seguridad relacionados con el avión de forma efectiva”. La directiva busca que los cambios sean obligatorios para Boeing.

La FAA dijo también que los cambios minimizan “la dependencia a la acción del piloto y el efecto de cualquier potencial falla individual”.

La crisis por la suspensión de vuelo del 737 MAX ha costado al fabricante de aviones estadounidense más de 19,000 millones de dólares, además de la disminución de su manufactura y mermado su cadena de suministros, debido a las investigaciones criminal y de congreso aún pendientes.

La extensiva revisión de la FAA ha tomado más de 18 meses e incluye el trabajo a tiempo completo de más de 40 ingenieros, inspectores, pilotos y trabajadores de soporte técnico. Hasta la fecha, la FAA ha realizado más de 60,000 horas de revisión, pruebas de certificación y evaluación de documentos.

La agencia también propone que los operadores del 737 MAX realicen una prueba al sistema de sensores de ángulo de ataque (AOA) antes de enviar los aviones a servicio.

Los cambios están diseñados para prevenir la activación accidental de un sistema clave conocido como MCAS, ligado a ambos choques, el que alerta a los pilotos si los dos sensores de AOA reciben información conflictiva, lo que garantiza que la tripulación pueda reconocer y responder a movimientos erróneos del estabilizador.

Los cambios al cableado garantizarán que el MAX cumpla con los estándares de seguridad de la FAA referentes a la separación de cables.