Los reguladores de Estados Unidos autorizaron este miércoles la vuelta a los cielos del Boeing 737 MAX, casi dos años después de su inmovilización debido a dos accidentes que dejaron más de 300 fallecidos.

El 737 MAX no volverá sin embargo a volar de forma inmediata en todo el mundo, pues las autoridades de aviación de otros países han decidido realizar sus propias certificaciones.

La Agencia Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés) precisó en un comunicado que aún debe aprobar la formación necesaria para los pilotos antes de que el 737 MAX pueda volar nuevamente sobre el espacio aéreo de Estados Unidos.

Las compañías aéreas deberán asimismo realizar trabajos de mantenimiento en los aviones estacionados en las pistas de los aeropuertos durante más de 20 meses.

No obstante, American Airlines ya programó un vuelo para el 29 de diciembre, mientras Southwest Airlines, el mayor operador mundial del modelo, no planea volar la aeronave hasta el segundo trimestre de 2021.

En cuanto a los aparatos almacenados en Boeing, deberán ser examinados por un inspector de la FAA antes de enviarlos a los clientes.

Aún así, el CEO de Boeing, David Calhoun, dijo que la decisión constituye “un paso importante”.

Estos acontecimientos y las lecciones que aprendimos de ellos han remodelado nuestro negocio, que se ha centrado más en nuestros valores fundamentales de seguridad, calidad e integridad

agregó Calhoun en un comunicado.

El ejecutivo dice estar listo para trabajar con los reguladores de todo el mundo para un rápido regreso al servicio.

El 737 MAX regresa en momentos en que el sector está muy afectado por la pandemia de coronavirus, situación que llevó a Boeing a perder 393 pedidos en los primeros 10 meses del año.

Sin embargo, el constructor aeronáutico con sede en Seattle, que tiene actualmente 450 aparatos en stock, reanudará sus entregas, lo que le permitirá reponer sus arcas.

Cuando vuelva a surcar el cielo, Boeing tendrá en marcha un grupo especial las 24 horas del día para supervisar todos los vuelos y detectar problemas que puedan impactar en el retorno de la aeronave, dijeron a Reuters tres personas conocedoras del asunto.

Con esto se busca evitar accidentes como el de Indonesia y Etiopía que acabaron con la vida de 346 personas en apenas cinco meses en los años 2018 y 2019, y le costó a Boeing cerca de 20,000 millones de dólares.

Tras el anuncio, las acciones de Boeing retrocedieron 3.21%, a 203.30 dólares en la Bolsa de Nueva York, según datos de Investing.

En lo que va del año, los papeles de la firma acumulan una pérdida de 33.3%.

Con información de AFP y Reuters