La Agencia Internacional de Energía pronostica que las fuentes renovables de energía a nivel mundial crecerán un 50% en los próximos cinco años. Pese a que la base mexicana no es muy grande, los expertos consideran que las condiciones gubernamentales no permitirán que México alcance este índice de crecimiento.
Los costos de estas energías se han reducido de forma impresionante y pronto serán las fuentes líderes, pero para que eso suceda tiene que haber un esfuerzo en términos de política pública en todos los países, y ahí es donde puede haber obstáculos en México, dice el analista del sector energético, Arturo Carranza.
Agrega que en el país debe haber una política pública que involucre a Pemex, la CFE y los privados.
Hasta el momento, el potencial de crecimiento en México está dictaminado por los proyectos pendientes, producto de las subastas a largo plazo.
Los ganadores de las primeras dos subastas, en teoría, ya deberían estar operando a finales de 2019 y llevarían la capacidad nacional de generación renovable a alrededor de 23,830 megawatts, y la meta de crecimiento a 11,915 megawatts.
Los proyectos adjudicados durante la tercer subasta sólo representan alrededor de 2,500 MW, es decir, un 21% de la meta. Sin contratos de gobierno, el 79% restante tendría que venir solamente del sector privado, que ya lo está intentando.
Bravos Energía organiza el primer concurso de proveeduría de electricidad entre privados, el cual espera tener resultados durante el mes de enero de 2020.
De acuerdo con los propios organizadores, estiman que los ganadores representen una capacidad instalada de alrededor de 750 MW divididos en plantas que atienden necesidades regionales y que son de menor tamaño que las ganadoras de las subastas gubernamentales.
El cambio en el modelo de distribución es uno que la propia Secretaría de Energía dijo que adoptaría en caso de volver a organizar subastas a largo plazo.
La poca capacidad concursada resalta los retos de este modelo, pues el Centro Nacional de Control de Energía (Cenace) tendría que realizar (y poner a operar) al menos 12 procesos de tamaño similar para poder alcanzar el pronóstico de la Agencia Internacional de Energía.
No es sólo que el gobierno tenga que comprar, sino que no hay claridad en otros aspectos que están afectando la decisión de inversión de muchos privados. Más allá de las subastas no se ha decidido qué va a pasar con el Mercado Eléctrico Mayorista, ni siquiera si se va a revisar la reforma en tres años, como dijo Bartlett. Si yo estuviera en esa posición tampoco invertiría ante la incertidumbre
Paul Sánchez, director, Ombudsman Energía México
El crecimiento de energías renovables que México presentará como resultado conjunto de las tres subastas a largo plazo será de alrededor de 7,893 MW.
Esto significa que, para alcanzar el pronóstico internacional, el Gobierno Federal necesitaría realizar tres subastas similares a las de 2015, 2016 y 2017, cosa que ya dijo que no hará, y lograr que todos sus proyectos se pongan a operar antes del 2026.
Además, tendría que garantizar las condiciones necesarias para que la inversión privada aportara otros 3,500 MW de capacidad instalada.
Con las condiciones actuales, parece que solo la inercia y la compra-venta entre privados impedirá que México presente un crecimiento humillante a nivel mundial.