La Agencia Internacional de Energía (IEA) publicó la semana pasada un estudio en el que aumentó sus estimados de crecimiento para las energías limpias en Estados Unidos. El nuevo estimado representaría un récord histórico, lo que es un reflejo de lo que está ocurriendo en economías desarrolladas alrededor del mundo, donde perfilan a la industria como una de las pocas ganadoras de la pandemia.
“Se presentaron una serie de factores que nos ponen en una situación en la que para 2020 el 90% de la inversión para capacidad instalada está destinada a fuentes renovables”, dijo un experto en el mercado eléctrico que pidió no ser identificado.
“Esto representa una cifra histórica, y está impulsada por los bajos costos, el elemento ambiental de la pandemia de COVID-19, y las crecientes facilidades de financiamiento a las renovables”.
El analista señaló que el abatimiento de los costos que representa la generación eólica, solar, y en algunas geografías eólica marina, ha sido brutal, y que los costos actuales no tienen competencia.
En México, directivos de la Comisión Federal de Electricidad han señalado que el costo cero de los insumos necesarios para la generación eólica y solar es “engañoso” y que estas tecnologías representan costos por concepto de transmisión y de respaldo de la red, los cuales no son absorbidos por las empresas privadas propietarias de los parques. Analistas de la industria han disputado estas declaraciones.
Víctor Ramírez, uno de estos analistas, considera que las energías limpias son relativamente anti-crisis, pues tienen costos de generación más bajos y la energía no utilizada puede ser despachada, como se hace en otros mercados del mundo, lo que puede facilitar también el crecimiento de la matriz.
En una perspectiva ambiental, China jugó un papel importante en el crecimiento de la generación renovable mediante su política para mejorar la calidad del aire en sus ciudades, en búsqueda de disminuir la cantidad de muertes futuras a causa de enfermedades de vías respiratorias.
La perspectiva mexicana también es negativa en este respecto. Pemex continúa aumentando la producción de combustóleo en sus refinerías, y este hidrocarburo no tiene muchas opciones de compra a nivel mundial, por lo que la CFE se ve obligada a continuar utilizándolo como fuente de generación.
La creciente disponibilidad de créditos que miden su impacto mediante Medio Ambiente, Sociedad y Gobierno Corporativo (ESG), también ha facilitado la colocación de recursos en áreas que normalmente no habían tenido un acceso sencillo a financiamiento, y las energías renovables han sido una de las áreas más beneficiadas por esta tendencia.
Ramírez señaló que las acciones del gobierno mexicano aún no han podido detener el crecimiento de las energías limpias, que continúan con relativo éxito.
“Digamos que México en buena parte pudo evitar crecimientos en su costo de energía e incluso ver algunas disminuciones porque entraron muchas renovables en estos meses. No hay claridad en qué tanto afectaron los acuerdos porque han existido varios amparos y suspensiones”.
El analista advirtió que estas acciones sí podrían afectar la entrada de energías limpias en los próximos cuatro años. “Estas son las energías que han bajado los costos en el mundo, y al no tenerlas podemos esperar que los costos se mantengan e incluso crezcan, lo que nos resta competitividad como país”.