Las efímeras publicaciones en Snapchat la hicieron un éxito y al parecer también contagiaron a los altos ejecutivos, que están abandonando la empresa a gran velocidad.

A muchos sorprendió la salida de Kristin O’Hara, quien llegó a ocupar el puesto de CEO en septiembre de 2018 y fue despedida el mes siguiente, pero eso fue solo el comienzo.

Uno de los mayores golpes para Snap, la dueña de la aplicación de mensajería multimedia, ocurrió la semana pasada, cuando el director de finanzas, Tim Stone, renunció después de menos de un año en el cargo y pocas semanas antes de la presentación del reporte financiero de ganancias de 2018.

Evan Spiegel, el actual CEO, había contratado a Stone en mayo del año pasado, tras un periodo de 20 años en que el ex-CFO se desempeñó como vicepresidente de finanzas de Amazon.  

La salida de Tim Stone fue la que ocasionó el mayor impacto para Snap, pues tras el anuncio se originó una venta masiva de los títulos accionarios, impulsada además por la lucha interna que ya tenía la firma por retener a sus usuarios.

“El hecho de que un CFO con talento se fuera después de solo ocho meses sugiere que se sorprendió con lo que encontró”, comentó el presidente de la firma de búsqueda de ejecutivos Crist/Kolder Associates, Peter Crist. De acuerdo con la firma, los jefes de finanzas de tecnología tienden a permanecer en sus posiciones durante cuatro años y medio, aproximadamente.

El anterior director de finanzas de la compañía, Drew Vollero, tuvo que dejar el cargo tras un choque con Spiegel por el gasto que se destinaba en hardware, especialmente en las gafas de sol que graban video conocidas como Spectacles. La decisión de la destitución y reemplazo inmediato del directivo ‘sorprendió’ a la empresa, detalló The Wall Street Journal.

Sin embargo, tras la incorporación de Stone, el precio de las acciones de Snap registró una baja precipitada.

Ya van más de una docena

A la salida de Stone se suman a las sillas vacías que Snapchat tiene en su mesa directiva, situación que ha sacudido la confianza de los inversionistas y ha renovado la presión sobre Spiegel para estabilizar el liderazgo de la compañía.  

Hace dos semanas, la compañía despidió a su jefe de seguridad global, Francis Racioppi, luego de una investigación realizada por la firma de abogados Gibson, Dunn & Crutcher que reveló una ‘relación inapropiada’ entre el directivo y una contratista externa, informó The Wall Street Journal.

De acuerdo con la averiguación, solicitada por la propia firma tecnológica, Racioppi sostuvo una relación sentimental con la mujer a la que había contratado, a quien se le rescindió el contrato tras finalizar el noviazgo.

Racioppi declaró el pasado viernes que un abogado ya trabaja en su caso para cuestionar “la veracidad de la investigación y los resultados”, además afirmó que ninguna de sus conductas había sido ‘mala’ y que se encontraba en búsqueda de nuevas oportunidades laborales antes de conocer la existencia de una investigación contra él.

El mismo diario estadounidense publicó que el jefe de recursos humanos de Snapchat, Jason Halbert anunció esta semana planes para dejar la compañía. Si bien Halbert no estaba relacionado con el incidente de Racioppi, sí había sido el responsable de la contratación del exjefe de seguridad global, quien le reportaba directamente.

“Debido a este y otros problemas relacionados con su desempeño”, Halbert fue presionado por Evan Spiegel, para presentar su renuncia, detallaron fuentes anónimas de la compañía a WSJ.

Otros directivos que abandonaron la compañía de Santa Mónica, California, son el exdirector de estrategia Imran Khan y el vicepresidente de contenido Nick Bell, quienes renunciaron en septiembre y noviembre, respectivamente.

El futuro de Snap

El sitio especializado The Motley Fool reveló que Snap compartió hace dos semanas a sus empleados un comunicado en el que se les informa que, por segundo año consecutivo, no recibirán bonificaciones.

Aunque ven posible que Snap remonte, las esperanzas son poco alentadoras debido al poco ánimo que hay entre sus empleados, la rotación de sus directivos, retrasos en el lanzamiento de nuevos productos y una menor base de usuarios.

“Con pérdidas en lo que va del año que superan los mil millones de dólares, la partida ‘masiva’ de ejecutivos de alto nivel y una base de usuarios en declive, parece seguro que Snap no podrá recuperarse, incluso, cuando predice ganancias para principios del siguiente año”, opina la consultora de inversiones. “Las perspectivas de rentabilidad para 2019 son decepcionantes”, añadió.

La firma tecnológica tiene previsto informar los resultados del cuarto trimestre y del final de 2018 la primera semana de febrero.