Por Armando Ajuria*

El fenómeno de la globalización, los cambios en la tecnología y los sistemas de información y otros con igual importancia implican nuevas maneras de hacer negocios.

A esto se suman las formas económicas que aparecen con nuevos modelos de trabajo organizacional, social y familiar que de igual manera transforman las relaciones con el mundo laboral y el capital humano. 

Las empresas que se salvan de las crisis son las que han respetado a su gente y sus méritos, las que poseen buena comunicación, transparencia y las que, creyendo en sí mismas y en sus empleados, actúan de forma creativa, con sistemas flexibles y con una visión hacia adelante.

En un futuro cercano, el éxito organizacional dependerá de la visión y de la capacidad de desarrollarse de forma adecuada en tiempos de crisis, de la manera en que las organizaciones se adapten al entorno y, más allá de eso, de que realicen procesos de supervivencia a corto plazo, más cualitativos que cuantitativos, que dejen espacio para enfocar la vista hacia adelante.

Para vivir este proceso hacen falta algunos factores, como ser congruente entre lo que se dice y lo que se hace, formarse de experiencias pasadas, respetar la cultura y los valores organizacionales y “aprender a aprender”.

En el presente, respiramos aires de transformación que impactarán decisivamente en las áreas de recursos humanos y, por supuesto, en los cambios de paradigmas.

Para caminar a un futuro seguro, hay que reconocer que cuando se profundiza en la experiencia, se forma un presente capaz de crear y de sobrevivir sin afectar el capital humano.

Además, las empresas deberán tener contacto con sus competidores, consultores y estudiosos, a fin de diagnosticar y evaluar constantemente las nuevas demandas del entorno, modificar sus estrategias y la orientación del negocio en general.

Capital humano, bajo el reflector

Las organizaciones deberán estar preparadas para la optimización y competitividad de la función del capital humano, para así poder proyectar las acciones de hoy en los objetivos del mañana.

Asimismo, directivos y recursos humanos deberán trabajar en conjunto para liderar las estrategias que permitan a sus compañías ganar el juego que cambiará radicalmente las reglas de los negocios.

El enfoque estará en la adopción de una cultura global, efectuando el diagnóstico organizacional para ayudar a la empresa a ser exitosa y asegurar que el capital humano este jugando su papel de acuerdo con las nuevas reglas, que han sido establecidas por las capacidades de las empresas en cuanto a factores claves de éxito, cultura, patrimonio, marca, cliente, enfoque y procesos.

El área de recursos humanos enfrenta todo un desafío, ya que las nuevas tendencias globales en cuanto a trabajo a distancia implican una incorporación diferente a las estructuras actuales. Por tanto, se deben planear nuevos procesos de planeación para las dinámicas que enfrentan los corporativos hoy por hoy.

Se debe considerar diluir los prejuicios sobre la productividad ligada al presentismo, darse a conocer en un número cada vez mayor de personas, llegar a una implementación masiva y seducir a las empresas con una combinación de distancia, comunicaciones telemáticas y trabajo flexible.

Para que esto pueda ser una realidad, existe un sinfín de herramientas electrónicas, como Google, que con solo hacer un clic se puede tener un mundo de información al alcance de cualquiera, o YouTube, todo un universo de filmoteca. Y ni hablar de LinkedIn, que hoy por hoy es la fórmula que las empresas aplican en sus procesos de reclutamiento y selección.

Por otra parte, existen opciones cada vez más personalizadas o que simplemente van evolucionando. Los adelantos en la comunicación celular, la proliferación reciente del Wi-Fi en lugares públicos, el e-banking, el e-commerce y el e-business son apenas algunos de los muchos cambios que afectarán la forma tradicional de trabajar. Hay cambios inevitables para las organizaciones que traen a su vez un gran número de retos tanto para los directivos como para los profesionales de recursos humanos.

Hoy en día, muchas empresas han mejorado sus programas de selección, desarrollando una pared de competencias locales, además de realizar una entrevista de habilidades y la medición de factores actitudinales y soft skills, a través de la aplicación de un assessment determinado.

Lo anterior provee una certeza de que las personas que entran en la organización se adaptan a tres premisas principales: pueden hacer el trabajo, quieren hacer el trabajo y se adaptan a la cultura organizacional del negocio, trayendo como resultado para la organización una mejora en rotación y productividad.

Joseph Gamache, como parte de sus soluciones, cuenta con herramientas científicas de evaluación, las cuales han demostrado tener éxito internacional.

Mientras los modelos tradicionales ofrecen un 38% de efectividad en una contratación, el método científico que utiliza Joseph Gamache, incrementa la probabilidad de éxito hasta en un 80%, con un historial de éxito internacional.

*Armando Ajuria es Managing Partner de Joseph Gamache