La farmacéutica estadounidense Gilead Sciences se enfrenta a un dilema: decidir cuánto debería ganar por su tratamiento de remdesivir, el único aprobado en Estados Unidos hasta ahora para tratar a pacientes diagnosticados con COVID-19.

La compañía ha ganado notoriedad en la última década y ahora se encuentra en el centro de atención de los mercados financieros tras el desarrollo de su tratamiento antiviral, que fue aprobado por la Administración de Drogas y Alimentos de Estados Unidos (FDA) para su uso de emergencia.

Los analistas de Wall Street prevén que el remdesivir podría generar 750 millones de dólares en ventas mundiales durante el próximo año, y 1,100 millones en 2022, suponiendo que la pandemia continúe.

Además, esperan que el medicamento ingrese 4,000 dólares por paciente a la empresa, considerando que los costos de producción ascienden a 1,000 millones de dólares.

En tanto, el Instituto de Revisión Clínica y Económica, que evalúa la efectividad de los medicamentos para determinar los precios apropiados, sugirió un precio máximo de 4,500 dólares para un tratamiento de 10 días. 

Sin embargo, Gilead y otras farmacéuticas como Moderna y Abbott, que también desarrollan tratamientos contra el coronavirus, deben ser cautelosos y evitar la apariencia de que pueden aprovecharse de la crisis para su beneficio, advirtieron consultores de la industria y exreguladores.

“Esta es una gran oportunidad para las farmacéuticas de mejorar su imagen (…) Se tiene una perspectiva sumamente negativa del precio de los medicamentos”, dijo Ed Schoonveld, consultor de la firma ZS Associates.

El CEO de Gilead, Daniel O’Day, ha procedido con precaución. La firma ha donado al gobierno de EU la suficiente cantidad de medicamento para tratar, al menos, a 140,000 infectadas y distribuirlo en los hospitales de todo el país.

Aunque no ha revelado sus planes para monetizar su producto, Gilead señaló que su objetivo en 2020 es acelerar la producción del tratamiento para abastecer a más de un millón de pacientes a escala global.

“Creo que esto ciertamente ayudará a la reputación de la industria (…) No estoy sugiriendo que no seguirá presión sobre el precio de los medicamentos, pero hasta ahora hemos actuado de manera que podamos apreciar la innovación que brinda la industria”, dijo O’Day en una llamada con inversionistas.

En 2013, la compañía lanzó Sovaldi, un tratamiento para tratar la Hepatitis C con un precio de 1,000 dólares por píldora, que provocó un debate sobre los precios justos para los medicamentos.

En abril, las acciones de Gilead anotaron su mejor desempeño mensual desde enero de 2019 y han ganado más de 20% desde enero, mientras los principales índices de Estados Unidos se han desplomado.

¿Qué pasaría con un precio alto?

Algunos expertos advierten que un precio alto en Estados Unidos volvería a colocar a Gilead en la mira de quienes cuestionan los precios de los medicamentos.

En el peor de los escenarios, la compañía podría arriesgarse a la invalidación por parte del gobierno de la protección de la patente del medicamento en nombre de la salud pública.

El gobierno nunca ha invocado ese derecho, pero ha demandado a Gilead por las patentes de dos de sus medicamentos contra el VIH que recibieron subvenciones federales durante su desarrollo.

Con información de Reuters