Disney es el mayor orquestador del regreso del basquetbol profesional en Estados Unidos, debido principalmente a los ingresos que percibe por concepto de los derechos de transmisión de su filial ESPN.
Ante esto, la marca se hará cargo del hospedaje, instalaciones deportivas e incluso alimentación de los 22 equipos invitados al reinicio de la liga a finales de julio.
Walt Disney World, en Orlando, Florida, son las instalaciones elegidas para el regreso de la liga. En este complejo los equipos se hospedarán en tres hoteles distintos dependiendo de su calendario de juegos: el Grand Destino Tower at Coronado Springs, el Grand Floridian Resort & Spa y el Yacht Club Resort.
La inversión realizada por Disney no se limita al hospedaje, pues los atletas tendrán acceso a amenidades como un concierge 24 horas; una sala de juegos exclusiva para jugadores con televisiones, videojuegos, mesas de cartas y ping pong; servicios de salud mental; albercas; peluquerías; manicuristas; yoga, y meditación.
Según reportes de SB Nation, los jugadores incluso tendrán acceso a proyecciones de películas de Disney que aún no se han estrenado en salas comerciales, como “Black Widow”. Eventualmente podrán tener acceso a restaurantes aislados y canchas de golf.
Todos los juegos se llevarán a cabo en el Complejo Deportivo ESPN, de forma escalonada para evitar el contacto directo entre jugadores en la medida de lo posible. Sin embargo, los jugadores también tendrán libertad de asistir a juegos en los que no participen.
Los miembros del staff y jugadores tendrán que tener dos pruebas negativas por coronavirus en un lapso de 48 horas posteriores a su llegada al complejo para poder participar en las actividades, una medida fundamental en el Plan de Seguridad de la NBA, que contiene más de 100 páginas, según miembros de la prensa que han tenido acceso a él.
Coming soon – “The NBA Experience at @WaltDisneyWorld Resort” at Disney Springs in Lake Buena Vista, Fla! pic.twitter.com/LbOsRq1dMo
— NBA (@NBA) June 3, 2015
Sin embargo, las medidas han sido criticadas principalmente porque el complejo de Orlando fue ofrecido también a la Major League Soccer como una opción para reiniciar sus actividades deportivas. Esto podría duplicar la densidad de personas hospedadas en la zona y complicar las acciones de salubridad planeadas.
Algunos epidemiólogos como Rebekah Jones, ex miembro del Departamento de Salud de Florida, han criticado la selección de este estado como sede del posible reinicio de actividades, principalmente por la dificultad para aplanar la curva de contagios en la zona.
Disney ha hecho público que las medidas de seguridad para el staff que se encargará de atender al personal de los equipos serán mucho más flexibles, por lo que se teme que el constante contacto con la liga pudiera generar un foco de infección.
En las últimas semanas se ha reportado también que existe un grupo de jugadores que se oponen al regreso de los partidos, pues creen que se pone en riesgo la integridad de su gremio y se manda una señal equivocada durante un momento en el que se ha presentado especial atención a los casos de opresión racial en Estados Unidos.
El grupo incluso ha flotado la idea de crear su propia liga durante un año y la NBA se ha limitado a declarar que cualquier jugador que prefiera sentarse el resto de la temporada es libre de hacerlo.
De acuerdo con MediaRadar, la cancelación de esta temporada de la NBA hubiera generado pérdidas cercanas a los 800 millones de dólares por concepto de ventas de anuncios, lo que la coloca como la segunda liga más importante de Estados Unidos.