La refinería de Deer Park, ampliamente reconocida como la más rentable para Pemex, funciona en sociedad con Shell y es operada por la compañía británica-holandesa. A pesar de recientes cambios en las metas de la instalación, aún se trata de un ejemplo de éxito del que Pemex podría aprender varias lecciones para implementar en sus demás áreas de negocio.

“Deer Park es un ejemplo de cómo se puede llevar el negocio de refinación a través de asociaciones. Lo que sucede allá es que Pemex es tanto inversionista como poseedor de un compromiso de suministro de crudo”, señaló Érick Sánchez Salas, Business Developer de IHS Markit.

Shell fue el desarrollador y es quien opera la refinería de forma íntegra, Pemex no tiene nada que ver en la operación.

Este modelo es una de las principales causas de la rentabilidad y eficiencia de las instalaciones ubicadas en Texas, pues las refinerías operadas por Pemex se encuentran entre las que menos litros de gasolina obtienen por cada empleado.

Es justo este modelo de operación el que ha complicado a Pemex la firma de más asociaciones similares, pues algunas negociaciones fueron descarriladas por la intención de la compañía de mantener compromisos previos adquiridos con el sindicato mediante contratos colectivos de trabajo.

“Hay que voltear a ver los ejemplos que tenemos alrededor como Brasil. De un total de 13 refinerías de Petrobras, 11 están en proceso de desinversión y ya seis de estas han sido colocadas”, recordó Sánchez Salas. “Yo diría que tener refinerías ya construidas no sólo es una oportunidad de capitalizarse, sino además va en línea con la desinversión de activos que no son el negocio principal. La refinación genera muchas pérdidas para Pemex”.

La refinería había servido también a los intereses de Pemex como el principal destino para el crudo maya desde 1993. Sin embargo, los cambios a la estrategia operativa que comenzaron en 2016 han reducido el procesamiento que estas instalaciones han hecho de ese tipo de crudo.

“En ese entonces ya se empezaba a asomar el problema de que teníamos una gran producción de crudo maya, y gran parte de la preocupación era qué se iba a hacer con él. Con la revolución del shale la mayoría de lo que las refinerías estadounidenses procesan es crudo ligero”, señaló Abril Moreno, analista del sector.

En 2016, Shell pidió a los socios que se hiciera una inversión para aumentar la capacidad de producción de crudo ligero.

Este movimiento no convenía a Pemex, que estaba acostumbrada a que la instalación de Deer Park consumiera alrededor de 170,000 barriles diarios de crudo maya. Tras la negativa de Pemex, Shell redujo el consumo de barriles de crudo maya hasta los 70,000 diarios que se procesarán en septiembre de este año.

La ideología política mostrada por la actual administración es uno de los principales obstáculos para replicar el éxito conseguido con Deer Park, pero también hay diferencias de fondo con la percepción de fortaleza económica.

“Que las petroleras mundiales estén desinvirtiendo en ser petroleras integradas y enfocarse en los activos y verticales de mayor generación de rendimientos es una tendencia a nivel mundial.  Es una idea errada creer que fortalecer una petrolera significa asignarle más actividades”, destacó Sánchez Salas.