Jinjiang Group, contratista del fabricante de vehículos eléctricos chinos BYD, aseguró que la descripción de las autoridades brasileñas sobre que contaban con trabajadores en situación de escalvitud era inconsistente con los hechos y argumentó malentendidos en la traducción.
El pasado miércoles, las autoridades del país amazónico dieron a conocer que encontraron a 163 ciudadanos chinos trabajando en “condiciones similares a la esclavitud” en una obra de construcción de una fábricas propiedad de BYD en el estado brasileño Bahía.
Al respecto, la fabricante de automóviles informó el fin de cualquier vínculo con la firma involucrada en el maltrato de trabajadores y aseguró que colaborará con las autoridades correspondientes.
El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Mao Ning, señaló que la embajada del país asiático en Brasil se estaba comunicando con sus homólogos sudamericanos para verificar la situación y manejarla.
¿Problemas de traducción con proveedor de BYD?
Jinjiang dijo que hubo problemas de traducción y diferencias culturales que llevaron a la situación, y que las preguntas de los inspectores brasileños habían sido “sugerentes”. También publicó un video que muestra a un grupo de trabajadores chinos frente a la cámara y uno de ellos lee una carta que, según Jinjiang, firmaron conjuntamente.
Un ejemplo sobre los problemas de traducción fue que los inspectores señalaron una retención de los pasaportes; sin embargo, 107 empleados habían entregado sus papeles para que se les ayudara a solicitar un certificado de identidad temporal en Brasil.
De acuerdo con un hombre chino no identificado que participó en el video, los migrantes han estado cumpliendo con las leyes y regulaciones. El objetivo de su estadía es construir el mayor proyecto de vehículos de nueva energía en el país.
Estamos muy contentos de venir a Camacari a trabajar
añadió.
Con información de Reuters
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