Si bien las empresas se preparan para la vuelta a la rutina, 76% de los CFO del país todavía opina que la pandemia de COVID-19 reducirá sus ingresos y beneficios, un temor que es once puntos porcentuales menor respecto a las proyecciones de los directivos a finales del pasado mes de abril.

Para 55% de los directores de Finanzas, la disminución podría ser de hasta 24.9% del monto total, de acuerdo con el análisis de PwC “CFO Pulse: Impactos financieros del COVID-19 en las empresas”.

Por su parte, sólo 3% considera que las reducciones podrían aumentar, lo cual indica un mayor conocimiento de la situación, puesto que en el reporte previo esta operación fue descartada en su totalidad.

Las medidas financieras adoptadas para paliar los efectos de la crisis seguirán siendo la contención de gastos por 91%, así como el aplazamiento o cancelación de inversiones en 67%.

Sin embargo, el tercer lugar ya no lo ocupa la adaptación de los planes de financiamiento que en el reporte se ubica en 29% contra un 51% del reporte anterior, sino que los CFO locales consideran introducir en este momento modificaciones en el rumbo de sus compañías, al menos 34%.

En cuanto a la modificación de los planes de inversión, los líderes financieros aseguran que las más afectadas serán las relativas a la infraestructura (95%), las operaciones (38%), la fuerza laboral (38%) y las tecnologías de la información (36%).

La recuperación

Respecto a los tiempos de recuperación, para PwC los plazos manejados para la vuelta a la normalidad se acortan.

De los encuestados, 33% considera que, de solucionarse hoy la crisis, su compañía tardaría entre tres y seis meses en recuperarse. Sin embargo, pese a los temores, más de 80% de los CFO mexicanos cree que el COVID-19 mejorará la resiliencia y agilidad de sus empresas.

A la vuelta a los centros de trabajo, las principales preocupaciones de los encuestados serán la gestión del bienestar y la integridad de sus colaboradores, la retención del talento y el conocimiento de las expectativas de sus clientes.

Para 81% de los CFO, la actual crisis podría mejorar la resilencia y la agilidad de las empresas, mientras que 71% considera que flexibilizará las condiciones laborales en aspectos como el horario o la localización geográfica de los trabajadores.

Al mismo tiempo, se crearán nuevas formas de servir a los clientes (71%) y eficientará las operaciones (71%).

El trabajo remoto y los horarios flexibles han llegado para quedarse, mientras que las compañías deben convertirse en entidades más flexibles y ágiles si quieren ser capaces de enfrentar y salir fortalecidas de la crisis

 dijo Mauricio Hurtado de Mendoza, Socio Director de PwC México.

Además, el 100% de los directivos considera que también tendrán que diseñar estrategias que permitan retener al talento crítico y gestionar temas relativos al bienestar y la moral de la fuerza laboral, así como conocer las perspectivas de los consumidores en materia de seguridad.