La negociación entre la Comisión Federal de Electricidad y el Sindicato Único de Trabajadores Electricistas de la República Mexicana (SUTERM) parte de un absurdo en el que difícilmente ambas partes conseguirán resultados positivos.

La empresa del estado estaría yendo en contra de la tendencia mundial al ofrecer menores periodos de servicio para acceder a la jubilación, con tal de reducir el control del sindicato en la compañía.

“Yo creo que detrás de esto está la autonomía de la CFE, porque actualmente el SUTERM tiene un contrato heredado en el que incluso tienen representación en la mesa de CFE. Creo que el gobierno quiere desafanarse de esta presencia en la administración”, explicó Alfonso Bouzas, abogado experto en temas sindicales.

Bouzas resaltó que el actual líder del SUTERM, Víctor Fuentes del Villar, es sobrino de Leonardo Rodríguez Alcaide, quien fuera dirigente de la misma institución y secretario de la CTM entre 1997 y 2005.

Fuentes, dijo un analista a EL CEO que prefirió mantener el anonimato, ha sido acusado de tener ingresos económicos por concepto de contratos entre empresas de su propiedad y la Comisión, específicamente por servicios de aeronáutica, lo que podría ensuciar las negociaciones.

“Es fácil ver cómo se trata de un conflicto de intereses”, explicó el analista. “El líder sindical no puede ser la cabeza de una negociación si también tiene otros intereses que competen a la empresa negociadora y que no benefician al sindicato. Esta posición le permite negociar beneficios personales a costa de los trabajadores, incluso cuando la oferta inicial de CFE es generosa”.

La oferta de la CFE consiste en revisar las modificaciones que se realizaron al contrato colectivo de trabajo en las negociaciones de 2016 a 2018. A través de un comunicado, Manuel Bartlett informó que estos cambios no estaban sujetos a negociación, pues se trata de un derecho fundamental.

El sindicato, por su parte, ha hecho pública su intención de emplazar una huelga a partir del primero de mayo si no se cumplen sus demandas de un aumento salarial del 10%. Esta combinación, pareciera dejar a CFE en una mala posición de negociación, sobre todo si busca recuperar cierta autonomía en su administración.

“CFE está haciendo el ofrecimiento, pero no descartemos que lo que pretenda es transformar esta disminución de años de servicio en mayores ingresos, porque la lógica de la política en relaciones laborales es al revés [de lo que propone CFE], que cada vez se aumenten más años de servicio como condición para la jubilación. En este caso se tiene otra pauta”, destacó Bouzas.

Si el objetivo de CFE es el aumento de control, el referente más cercano serían las negociaciones de Pemex con su sindicato durante el sexenio pasado. Para Bouzas, la posición preponderante de Víctor Fuentes modifica la situación, pues “en el caso de Pemex era desde adentro como se hacía el dinero, aquí es desde afuera”.

Fuentes del Villar consiguió amarrar su reelección al frente del sindicato por siete años más, la cual ocurrió antes de que se realizaran cambios laborales. Esta situación garantiza que será él quien esté al frente de las negociaciones, pues incluso una protesta de parte de los trabajadores no sería suficiente para sustituirlo a tiempo.

“Es muy complejo en un sindicato de estas dimensiones que la oposición se organice y alcance resultados, porque neceista acreditar que el 30% de los trabajadores están de acuerdo y después necesitan una mayoría en votación secreta. Esto no se hizo de un día a otro, son padrinazgos históricos que no se desarticulan fácilmente”, expuso Bouzas.