Los cambios a las reglas de importación de hidrocarburos impulsadas por la Secretaría de Energía son una medida en contra de nuevos competidores, lo que afectará no sólo al sector gasolinero, sino también a los consumidores mexicanos, sobre todo en materia de precios y garantía de disponibilidad de combustible. Además, es otra muestra de lo que podría estar por venir en materia de marco regulatorio.

“La competencia en el mercado de petrolíferos es un derecho fundamental reconocido en la Constitución, que no está bien asimilado porque estamos acostumbrados a prácticas monopólicas”, resaltó Rosanety Barrios, analista del sector.

Esto es un avance más en este objetivo presidencial de que Pemex sea quien atienda de forma exclusiva el mercado gasolinero en México.

La propuesta de Sener representa un cambio importante frente al estado del mercado hace un par de años.

“Es cierto que hubo un boom de permisos y que llegamos a tener varios cientos de permisos por producto. Hace dos años se endurecieron las reglas y se creó una contracción que eliminó el excedente de permisos y el excedente de solicitudes de volumen a importar”, explicó Marcial Díaz, consultor del sector.

Señaló que desde marzo del año pasado no existen actualizaciones sobre los permisos otorgados por Sener. En este plazo, los permisos medianos y pequeños se han ido agotando, y se han mantenido mayoritariamente los que tienen plazos a 20 años.

“Estas empresas importaban un volumen que no impactaba. Sí hacían un mercado en alguna región, pero no hacían una diferencia frente a los volúmenes que puede importar PMI o Trafigura”, dijo Díaz, quien además destacó que los permisos sí están siendo otorgados, pero a cuenta gotas.

Las nuevas reglas provocarán que los importadores más grandes, con permisos a 20 años, sean muy cuidadosos con sus permisos para evitar cometer irregularidades que resulten en una revocación. Las empresas pequeñas, en caso de encontrar negativas a su solicitud de nuevos permisos, podrían recurrir a la vía legal.

Barrios advirtió que el discurso político ha convertido estas acciones legales legítimas en un acto de ataque al gobierno, lo que genera complicaciones. Además, señaló al mercado eléctrico como un ejemplo de lo que podría ser el futuro del mercado gasolinero.

“(En el mercado eléctrico) los amparos ya están puestos y existen suspensiones, pero nada ha cambiado. No dan permisos, no dan interconexiones, y cuando ocurre el apagón echan la culpa a los privados e incluso los amenazan con bajarlos. Todo está hecho para continuar por el mismo camino”, dijo.

El presidente Andrés Manuel López Obrador denunció en abril del año pasado que los gasolineros del país habían aumentado sus márgenes de utilidad a costa de los precios finales al consumidor. El mandatario incluso insinuó la posibilidad de crear estaciones de servicio estatales, lo que no se concretó, y lanzó el programa vigilante ‘Quién es Quién en los precios de la gasolina’, a cargo de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco).

Voces al interior del sector han admitido que los márgenes han subido desde la liberación de los precios de la gasolina, y que esta es una de las razones por las que las empresas del sector están más cómodas haciendo negocios con compañías distintas a Pemex.

“Pemex daba 90 centavos por litro vendido. Hoy, al haber tantas marcas y sin importar a quien le compras el producto, hay gasolineros, distribuidores y comercializadores que han encontrado la forma de ganar hasta $2.50 por litro vendido. Todos están ganando más dinero que cuando estaban con Pemex, y no les interesa hacer mucho escándalo, pero ante menos competencia el precio lo va a poner quien tenga el producto”, dijo a EL CEO una fuente que prefirió no ser identificada.

Barrios recordó que Pemex, en su afán de no perder participación en el mercado de la gasolina, da descuentos atractivos a sus clientes, lo que provoca que la empresa estatal pierda dinero por este concepto.

“Estas pérdidas provocan que el erario público dé más recursos a Pemex, los cuales se pierden. “(La gasolina) no cuesta más dinero en la bomba, pero nos cuesta en el bienestar social”, lamentó la experta. Los altos márgenes sólo se pueden combatir con una mayor competencia tanto en mayoreo como en menudeo. “Es algo que no se entiende a nivel gobierno y tampoco se entiende a nivel social”, expresó.