El gas natural ha sido señalado por expertos como la alternativa más viable para crear un puente entre la energía generada a partir de fuentes fósiles y un futuro basado en energía renovable. Sin embargo, algunos gobiernos ya advierten que se trata de un combustible contaminante y que existe la tecnología necesaria para evitarlo.

En California, esto ha llevado a una prohibición de instalaciones de gas en las nuevas construcciones residenciales, lo que alterará el futuro de la industria a largo plazo.

“Será un cambio a largo plazo que irá poco a poco. California tiene particularidades y de pronto han tirado a imposibles, sin embargo en este caso van un poco más adelantados a la velocidad de la transición, pero con una buena base de electrificación de edificios e implementación de inteligencia artificial”, señaló Andrea Arias, consultora del sector. “En este momento no va a afectar la matriz energética de Estados Unidos, pero es algo que eventualmente se va a replicar”.

El efecto a gran escala en la matriz energética estadounidense dependerá también de la voluntad de la administración de Biden, quien se mostró temeroso de volver el combate al fracking uno de los elementos importantes de su campaña, en parte por el riesgo que esto podría representar para los resultados en Pennsylvania.

“Va a tener que abarcar muchos intereses por lo reñida que fue la elección: tanto los propios como los que le ayudaron a llegar a la presidencia”, señaló la experta.

“Se electrificaron: ciudades en CA —comenzando con Berkeley— comenzaron a ‘prohibir’ las conexiones de gas natural en edificios nuevos en 2019. En febrero, la Comisión de Energía de California comenzó a aprobar los códigos de construcción completamente eléctricos que efectivamente prohibieron el gas”, detalló en Twitter la abogada ambientalista Amy Turner.

Arias explicó que las condiciones técnicas de Estados Unidos tampoco son las ideales para conseguir una migración total en ocho años, incluso si esa fuera la intención del nuevo gobierno.

“Creo que el giro que dio Biden en su discurso de fracking refleja que hay un valor en los líquidos del gas natural. Estos líquidos son materia prima para la petroquímica, que simple y sencillamente no tiene sustituto en el planeta tierra si queremos plásticos especializados y otros productos que surten incluso al sector salud. Esto hace que sea necesario continuar desarrollando esta industria, que obviamente requiere de insumos”, destacó Rosanety Barrios, analista del sector.

Barrios recordó que Canadá y Europa han hecho esfuerzos para limitar la construcción de gasoductos, y señaló que México también lo ha hecho de facto. Sin embargo, advirtió que la necesidad de insumos para la petroquímica hace que sea poco viable una prohibición total, por lo que la regulación debería enfocarse en materia de emisiones contaminantes.

“Esto encarece el gas, pero no puede evitarse. Para poder convivir con el gas natural, como lo tenemos que seguir haciendo, hay que ser muy estrictos con su regulación”, dijo.

La experta recordó que el hidrógeno azul, una de las alternativas renovables con mayor proyección a largo plazo, también tiene al gas natural como uno de sus elementos más importantes.

Finalmente, Arias advirtió que el ejemplo de California no tendrá resultados tangibles sino hasta 2023 o 2024, pues primero tendrá que experimentar un largo proceso de implementación que requiere de la adopción de tecnologías y la modificación de relaciones entre ciudades y zonas metropolitanas. Además, la velocidad a la que esto se moverá dependerá de la cooperación de los gobiernos municipales, estatales y federales.