Boeing fue una de las compañías afectadas por la pandemia de COVID-19, al registrar una pérdida neta de 641 millones de dólares en el primer trimestre del año.
Los ingresos de la compañía cayeron 26.2% anual, a 16,910 millones de dólares, empujados por una caída de aproximadamente un tercio en la entrega de aviones civiles.
“La pandemia de COVID-19 está afectando todos los aspectos de nuestro negocio, incluida la demanda por parte de los clientes como aerolíneas, así como la continuidad de la producción y estabilidad de la cadena de suministro “, dijo el presidente y CEO de Boeing, David Calhoun.
Además, la deuda de la empresa saltó de 27,300 millones de dólares al 31 de diciembre, a 38,900 millones en marzo.
La pérdida ajustada de la compañía en el primer trimestre fue de 1,700 millones de dólares, o 1.70 dólares por acción, comparada con la ganancia de 1,990 millones de dólares o 3.16 dólares por papel, de un año antes.
La compañía dice que las aerolineas han retrasado compras de aviones que ya estaban pactadas; asimismo notan un nivel importante de aplazamiento de servicios de mantenimiento.
¿Qué sigue para Boeing tras la pandemia?
Boeing afirmó que confía en contar con la liquidez suficiente para financiar sus operaciones y anunció una reducción de 10% de su fuerza laboral, es decir, 16,000 empleos en sus plantas a nivel mundial.
“La clara reducción de la demanda por nuestros productos y servicios para los próximos años no puede sostener los niveles elevados de nuestra producción (actual)”, argumentó el CEO, David Calhoun en un correo enviado a sus empleados obtenido por la AFP.
También reveló un nuevo recorte en la producción del 787 Dreamliner tras reportar una pérdida por segundo trimestre consecutivo en su demanda a nivel mundial.
El martes, Reuters reportó que la firma negocia con bancos de inversión un potencial acuerdo de bonos valorados en al menos 10,000 millones de dólares.
El mes pasado, la compañía agotó su línea completa de crédito por 13,800 millones de dólares, al tiempo que busca ayuda gubernamental.
Boeing ya enfrentaba un panorama complicado cuando llegó la pandemia de coronavirus, debido a la congelación en su producción y la paralización (que ya lleva más de un año) de su modelo 737 MAX tras dos accidentes fatales.
La compañía informó el martes que la producción del 737 MAX se reanudará a tasas muy bajas en 2020, cuando se conozca mejor el calendario y las condiciones de retorno al servicio, y que se aumentará gradualmente a 31 por mes durante 2021, con mayores incrementos posteriores en respuesta a la demanda del mercado.
La firma indicó, asimismo, que planea reducir la producción del 787 a siete unidades mensuales para 2022 y que también rebajará la tasa de producción combinada del 777 y 777X a tres por mes en 2021.
Con información de AFP