Bimbo y Coca Cola reportaron ventas históricas en el segundo trimestre del año, dejando atrás los estragos de la pandemia de COVID-19 e imponiéndose ante los retos que se han presentado en las cadenas de suministro y el alza de precios en las materias primas.

Durante el segundo trimestre del 2022, estas empresas de comidas y bebidas procesadas, además de emblemáticas en México por su elevado consumo dentro de los hogares del país, registraron ventas netas superiores a los niveles prepandemia.

Según reportes trimestrales de cada empresa, las ventas netas de Bimbo llegaron a 31,768 millones de pesos en su división en México, lo que significó un máximo histórico para un segundo trimestre.

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Si bien frente a los primeros tres meses de este año mostró una baja de 3.9%, atribuida a altos precios de las materias primas y de un mayor entorno inflacionario, rebasa el promedio pandémico y prepandémico.

En el periodo 2018-2019, el promedio trimestral de las ventas netas de Bimbo rondó en 25,000 millones de pesos, mientras en el 2020, el año más agudo de la crisis sanitaria, fue de 26,000 millones.

Ya en el 2021, año del inicio del proceso de reactivación económica, la media de las ventas netas rebasó los 29,000 millones de pesos.

En tanto, en la primera mitad del 2022, con una mayor movilidad de la población y el regreso a la operación al 100% de eventos masivos, el umbral fue de 31,000 millones de pesos.

Dinamismo refresquero

La dinámica de Bimbo también se reflejó en el estado de resultados de Coca-Coca FEMSA. La empresa reconocida por sus bebidas sumó 34,466 millones de pesos de ventas netas en el segundo trimestre del 2022 en su división de México y Centroamérica, una cifra histórica pese al entorno inflacionario que se vive en el mundo.

Su promedio trimestral previo a la pandemia fue de 26,000 millones de pesos, frente a 26,600 millones en el 2020 y 28,900 millones durante el año pasado.

Por su parte, la media de ventas de netas de la compañía que resintió el cierre de actividades no esenciales en el 2020, como hoteles, restaurantes, escuelas u oficinas, ascendió a 31,700 millones de pesos en el primer semestre del año.

Visión de recuperación 

Para Monex, el reporte de Coca-Cola FEMSA reitera su visión de recuperación de la empresa, ya que pese al complicado inicio de año y el tema de los commodities, mantiene un volumen atractivo.

Hacia el 2022, nuestra atención estará en las estrategias de la emisora (precio/volumen), un mayor consumo en el contexto de pandemia, considerando como un factor la reactivación económica y social que esta podría implicar (además el efecto de inflación en el consumidor)

detalla el grupo financiero.

Mientras Ve por Más (Bx+) señala que dichos resultados de las empresas de la industria de las bebidas y alimentos reflejan el efecto positivo de una mayor movilidad de la población y el regreso a la operación al 100% de eventos masivos.

“A lo anterior sumamos las estrategias de precio desarrolladas para compensar el efecto inflacionario en sus productos”, ahondó.

Sin embargo, en el caso de Bimbo, Bx+ aseveró ser cauteloso respecto al desempeño de la emisora debido a que el escenario de precios de materias primas aún permanece bajo presión ante la permanencia de la invasión rusa en Ucrania y el escenario inflacionario por las cadenas de suministro.

Consumo privado, con racha positiva

Los resultados de Bimbo y Coca-Cola van de la mano con el indicador del consumo privado, que durante abril pasado, consiguió extender su racha de crecimiento pese al contexto adverso que presentan las familias mexicanas.

El Indicador Mensual del Consumo Privado en el Mercado Interior (IMCPMI), ajustado por estacionalidad y que mide el gasto por parte de los hogares en bienes y servicios de consumo, aumentó 0.76% en el cuarto mes del 2022, respecto a marzo.

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Esta variación del IMCPMI, que realiza en Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), significó registrar 10 meses consecutivos con alzas.

La sorpresa se muestra en que el consumo privado logró crecer ante una inflación anual de 7.68% en abril, la mayor tasa en más de 21 años y que resta al poder adquisitivo de los mexicanos.

Panorama complicado en junio

No obstante, junio no pintaría bien para la economía mexicana. El Indicador Oportuno de la Actividad Económica (IOAE) que realiza el INEGI, revela que en el sexto mes del año se registraría una caída de 0.38%, el peor resultado en los últimos 10 meses.

Esta disminución proviene de las caídas de 0.26% de las actividades secundarias, impactadas por la baja demanda en Estados Unidos, y de 0.47% de las actividades terciarias, las cuales al final resintieron la elevada inflación y las alzas en las tasas de interés que merman el consumo.