Babak Dastmaltschi, actual director general de Credit Suisse, ha impulsado negocios en beneficio de la empresa de servicios financieros, siendo intermediario de un préstamo para financiar el Dilbar, el superyate más grande del mundo. 

El espacio flotante, que se estima en un costo de más de 600 millones de dólares, requirió una escala similar para pagar por su uso, financiado con la ayuda de un préstamo de 300 millones de dólares por parte de Credit Suisse, diseñado por Dastmaltschi, el hombre que pasó las últimas dos décadas convirtiéndose en el banquero de referencia para los magnates rusos.

Credit Suisse ha tenido un enfoque muy proactivo para reclutar magnates de Rusia, utilizando sus conexiones con la élite rusa

dijo Kern Alexander, catedrático de derecho y finanzas de la Universidad de Zúrich. 

Dastmaltschi, de 62 años, impulsó un nicho rentable para Credit Suisse que atiende las necesidades de los multimillonarios rusos: en su apogeo, el prestamista suizo administró más de 60,000 millones de dólares pertenecientes a rusos ricos, generando regularmente de 500 millones a 600 millones de dólares en ingresos por año, dijeron personas familiarizadas con el tema, que pidieron no ser identificadas por tratarse de información privada.

Por su parte, el multimillonario ruso Alisher Usmanov es propietario del Dilbar, un yate gigante de 512 pies que cuenta con cuatro balcones en cascada, dos helipuertos y la piscina interior más grande de su tipo.

Además de Usmanov, otros magnates que trabajaron con Dastmaltschi incluyeron a Roman Abramovich, Viktor Vekselberg, Oleg Deripaska, Andrey Melnichenko y Mikhail Fridman.

Ahora esa carrera larga y lucrativa se ha detenido repentinamente, debido a la invasión rusa de Ucrania en febrero, que convirtió a Usmanov y a otras decenas de rusos ricos en parias económicos, pues varios han sido sancionados por la Unión Europea y el Reino Unido.

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Credit Suisse busca atender más a rusos ricos

El conflicto de Ucrania equivale a un golpe notable al negocio de riqueza clave de Credit Suisse, justo cuando la empresa se embarca en una renovación estratégica destinada a superar años de escándalos y mala gestión de riesgos

La nueva estrategia exige apoyarse aún más en atender a los ricos y menos en el negocio volátil del comercio, donde los ingresos cayeron a la mitad en el primer trimestre. 

Para Credit Suisse, lucha por pasar página de escándalos que le han costado miles de millones de dólares y un daño incalculable a su reputación, perder un negocio que rivalizaba con su presencia en Medio Oriente es otro bache en el camino hacia la recuperación. 

En tanto, Credit Suisse no es el único banco que buscó negocios de los rusos ricos, pero se destaca por el tamaño de su exposición. 

El prestamista dice que unos 33,000 millones de dólares de la riqueza privada que gestiona pertenecen a magnates rusos. Eso es 50% más que UBS, a pesar de que su rival del otro lado de la ciudad tiene un negocio patrimonial mucho más grande. 

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Con información de Bloomberg