Las compañías aseguradoras de Estados Unidos han enfrentado críticas y demandas por su respuesta a la pandemia de coronavirus, por lo que tres grupos de la industria propusieron este jueves responsabilizar a la Agencia Federal de Manejo de Emergencia de un programa de “pólizas antipandemia” pagado por impuestos para proteger la pérdidas de ganancias de negocios como consecuencia de futuras pandemias.

El programa permitiría a negocios comprar “asistencia de reemplazo de ganancias” hasta por 80% de su nómina y otros gastos, con base en los datos fiscales de años pasados.

Los aseguradores anunciaron el plan después de que aumentara la presión política debido a la interrupción de la cobertura de pérdidas de algunos de sus clientes debido a la pandemia.

Estas pólizas cubren pérdidas provocadas por huracanes, truenos o choques de autos contra negocios, pero excluyen o no especifican cobertura contra pandemias globales, sin importar su impacto en el negocio.

“La protección contra el riesgo de pandemia no ha estado disponible en el mercado privado porque es inherentemente imposible de asegurar”, dijeron los grupos el jueves.

Algunos aseguradores quieren que las pólizas de pandemia sean respaldadas por el gobierno estadounidense, de forma similar a los productos comerciales contra terrorismo que estuvieron disponibles tras los ataques del 11 de septiembre de 2001. Estos programas requieren a las aseguradoras pagar parte de los montos antes de que los impuestos paguen el resto.

Los grupos industriales más importantes se oponen a una figura similar de división de costos para pandemias, pues estas poseen un riesgo más grande y prolongado que un ataque terrorista en un área específica.

Bajo esta propuesta, los pagos se activarían de forma automática después de que el presidente estadounidense declare una “emergencia viral”, siempre y cuando los negocios hayan adquirido la cobertura al menos 90 días antes, de acuerdo con el grupo.

El grupo explicó también que el programa debería considerar la compra de reaseguros cada año para proteger a los contribuyentes de Estados Unidos.