Arte como garantía de créditos, una práctica cada vez más común
Arte como garantía de créditos, una práctica cada vez más común

Arte como garantía de créditos, una práctica cada vez más común

Si piensas que invertir en arte es perder liquidez en tu portafolio, no te has enterado de que cada vez más personas ponen sus colecciones de arte como garantía para obtener créditos.

Según un estudio de Deloitte, el valor de créditos que tienen como garantía alguna obra de arte oscilaba entre los 17,000 y 20,000 millones de dólares al cierre de 2017 en Estados Unidos, 13% más que un año antes.

“Participantes de la industria dicen que esta práctica de crédito ha seguido creciendo a tasas de dos dígitos desde entonces”, detalla The Economist.

Ante las bajas tasas de interés, pedir prestado se ha vuelto más atractivo y apalancarte usando tu colección de arte se ha hecho más fácil gracias a la disponibilidad en internet de una mayor cantidad de información sobre los precios de las obras de la que había hace 20 años.

¿Cuánto prestan?

Athena, el prestamista boutique más grande de Estados Unidos, exige obras de al menos dos millones de dólares como garantía para sus préstamos más pequeños, de un millón de dólares, mientras que el monto de préstamo mínimo en Bank of America es de cinco millones de dólares.

“Ambos solo aceptan obras de artistas muy conocidos como colateral, dado que son los únicos con una longevidad confiable. Así que los préstamos respaldados con arte son menos riesgos de lo que muchos piensan”, explica Arturo Cifuentes, de la Columbia Business School, citado por The Economist.

Entre los obstáculos que puede enfrentar este nuevo sector está que las tasas de interés que pide son mucho más altas que las de los créditos tradicionales, además de que la mayoría del arte de artistas muy conocidos está en manos de coleccionistas millonarios que ya son clientes de bancos privados.

Por ello, los prestamistas deben voltear al mercado en Europa.

“Aunque los europeos en general son renuentes a pedir prestado usando sus posesiones como garantía, quienes compran arte por razones que van más allá de la estética podrían estar dispuestos a hacer excepciones”, destaca el medio especializado.

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