Agosto de 2024 fue el peor octavo mes en términos de producción de crudo en el sexenio. Representando una despedida sombría para Andrés Manuel López Obrador (AMLO) en el sector petrolero nacional y dejando pendiente una de sus promesas más emblemáticas: aumentar la producción por medio de Petróleos Mexicanos (Pemex).

La caída fue de 6.2% anual por parte de Pemex y los privados que operan en el país. Según la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH), la producción nacional de petróleo se redujo a 1.5 millones de barriles diarios en agosto de 2024, el octavo mes con el nivel más bajo en seis años.

Los últimos agostos habían mostrado fluctuaciones. En agosto de 2023, la producción alcanzaba 1.67 millones de barriles, un aumento del 2.9% respecto al año anterior, y en 2022 el incremento fue marginal, del 0.6%.

Pemex, una promesa ‘hecha añicos’

El analista económico Amín Vera señaló que, a pesar de las millonarias inversiones, la producción de petróleo ha disminuido de forma alarmante durante la administración de López Obrador. 

La tendencia de AMLO a inyectar millones en Pemex no parece haber logrado estabilizar la producción. A pesar de las promesas de revitalización de la empresa productiva del Estado, los números no mienten: la caída ha sido sostenida y los recursos no se han traducido en resultados,

dijo.

Este dato se convierte en un balde de agua fría para un gobierno que ha hecho del rescate de Pemex una de sus banderas principales. “La estrategia, al parecer, no ha rendido frutos”.

Las palabras del presidente de la CNH, Agustín Díaz Lastra, durante la Convención Nacional Petrolera 2024, resuenan ahora con mayor fuerza. 

Díaz Lastra advirtió que mantener el enfoque de exploración y producción de los últimos años es “insostenible”. Además, dijo que el panorama que dibuja es preocupante: sin una estrategia adecuada, el declive petrolero podría profundizarse, afectando de manera grave no solo a la empresa, sino también a las finanzas públicas del país, que durante décadas han dependido de los hidrocarburos.

“Aunque los hidrocarburos han sido un pilar fundamental para las finanzas públicas, el enfoque actual no garantiza la sostenibilidad del sector a largo plazo”, afirmó Díaz Lastra. 

La falta de una visión clara a futuro, basada en estudios científicos sólidos, es lo que está minando la capacidad de México para mantenerse como un actor relevante en el mercado energético global.

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