Alsea, una de las empresas más cercanas al público por su amplia red de restaurantes y cafeterías en México, Sudamérica y Europa, ha tenido cuatro años frenéticos, con altas y bajas; desde inicios de 2018, cuando comenzó su expansión por el viejo continente y hasta 2020, con la irrupción de la pandemia por COVID-19 que trastocó los cimientos de su negocio.

La controladora de marcas como Starbucks, Domino’s o Vips, fue una de las firmas mexicanas más afectadas por la pandemia, debido a las restricciones en los 11 países, en dos continentes, donde opera.

No obstante, al cuarto trimestre de 2020, Alsea pudo ver la luz al final del túnel, con una clara recuperación en sus indicadores financieros, luego de tocar fondo en el segundo trimestre del año pasado.

Aquí puedes ver los claroscuros de Alsea en su incursión por Europa

Ventas regresan a niveles similares de 2T18

La empresa de la familia Torrado registró ventas netas en el último trimestre del año por 11,160 millones de pesos, nivel cercano al del segundo trimestre de 2018, cuando obtuvo 11,194 millones.

En términos anuales las ventas cayeron 25.5%, y comparado con el trimestre inmediato anterior tuvieron una recuperación del 13.5%.

El gran apoyo de la empresa durante la contingencia fu su canal de entrega a domicilio o delivery, el cual tuvo una participación de 27.2% en las ventas consolidadas de Alsea.

“Como resultado de las diversas iniciativas en las que Alsea venía trabajando previo a la contingencia, pudimos contar con los procesos, acuerdos y plataformas necesarias para conseguir la mayor venta posible a través de los nuevos canales de venta a distancia”, detalló la compañía en su último reporte trimestral.

EBITDA se fortalece

Su flujo operativo en el periodo de octubre a diciembre del año pasado llegó a los 1,573 millones de pesos, una recuperación del 262.4% con respecto a los tres meses inmediatos anteriores.

Frente al año anterior la caída fue de 33.3%, al dejar detrás las contracciones observadas en trimestre anteriores, cuando la pandemia se encontraba en su punto máximo.

La recuperación del flujo estuvo ligada al repunte de las ventas en sus restaurantes en todas las regiones donde tiene presencia, sumada a las eficiencias operativas que se tuvieron que tomar desde inicios de 2020 y el recorte de sus gastos no esenciales y corporativos.

Hila nueve meses con pérdidas

Alsea hiló nueve meses o tres trimestres de pérdidas y cerró el último cuarto del año en terreno negativo con 221 millones de pesos.

En el tercer trimestre de ese año, Alsea perdió 971 millones, y el trimestre inmediato anterior la pérdida fue de 2,578 millones.

Este decremento se debe principalmente al aumento de 711 millones de pesos en el resultado integral de financiamiento como consecuencia de la pérdida cambiaria por 677 millones de pesos en comparación con la registrada en el mismo periodo del año previo

según su informe.

Añadió que, en menor medida, el decremento en la utilidad neta en el trimestre se debió a la reducción de 3.4 puntos porcentuales en la utilidad de operación como porcentaje de ventas netas.

Mejora rentabilidad con cierre de unidades

La compañía tuvo una disminución de 118 unidades totales -tanto corporativas como subranquiciadas- durante el año pasado. El cierre de sus restaurantes y cafeterías respondió a su estrategia para mejorar su rentabilidad, al deshacerse de aquellas que no reportaran buenos niveles de venta.

“En 2020, hemos continuado con nuestra estrategia de enfoque en rentabilidad y decidimos cerrar 185 unidades corporativas, mismas que a futuro representarán un beneficio en marginalidad”, detalla la restaurantera.

Alsea comentó que los segmentos de comida casual y restaurante familiar como Vips o El Portón, fueron los que se vieron más afectados. Algunas marcas tuvieron niveles de venta entre 50% a 75% en comparación a lo registrado en 2019.

Apalancamiento se dispara

El apalancamiento o la deuda neta/EBITDA de la empresa se disparó a 19 veces en el último trimestre del año pasado, un ratio muy por encima de los 2.9 veces que tenía la firma en el igual periodo del 2019.

Este indicador es utilizado para medir la salud financiera de la organización, pues es la capacidad que tiene la misma para pagar su deuda. Durante la pandemia el ratio se fue incrementando trimestre tras trimestre.

A inicios de julio de 2020, la compañía llegó a acuerdos con bancos para obtener una dispensa en relación a diversos términos de sus contratos de créditos hasta el 30 de junio de 2021, dando oxigeno durante el periodo más duro de la contingencia.

Su deuda se incrementó 6,830 millones entre octubre y diciembre de 2020 a 32,212 millones.

Este incremento en la deuda corresponde principalmente a la necesidad de liquidez para hacer frente a la contingencia del COVID-19, aunado al efecto negativo de cerca de 1,700 millones de pesos por la revaluación de la deuda en euros debido a la apreciación de dicha moneda frente al peso mexicano

informó.