Alex Cruz, CEO de British Airways desde abril de 2016, dejará su cargo “con efecto inmediato”, informó este lunes el International Airlines Group (IAG), surgido de la fusión en 2011 de esta aerolínea británica y la española Iberia.

Cruz, que durante cuatro años y medio ha sido consejero delegado y presidente, será reemplazado en el primer cargo por el CEO de Aer Lingus, Sean Doyle, que también es miembro del IAG.

Cruz conservará la presidencia con carácter no ejecutivo durante un periodo transitorio.

IAG no precisó el motivo de su dimisión y una portavoz contactada por la AFP se negó a hacer comentarios.

El comunicado del grupo se limitó a señalar que este está “atravesando la peor crisis que enfrenta nuestra industria” y que espera que estos cambios permitan estar mejor “posicionado para emerger en una posición de fortaleza”.

La partida de Cruz tiene lugar casi inmediatamente después de la del hombre que lo puso en el cargo, Willie Walsh, reemplazado en septiembre como consejero delegado de IAG por el español Luis Gallego.

Con el objetivo de “crear una compañía apta para un futuro diferente”, Gallego también anunció el lunes el nombramiento de Fernando Candela, exdirectivo de Iberia Express y Level, como nuevo “director de transformación” de IAG.

Agradeciéndole haber trabajado “incansablemente para modernizar” British Airways, Gallego recordó que Cruz dirigió esta compañía centenaria “en un periodo particularmente exigente y ha logrado acuerdos de reestructuración con la gran mayoría de sus empleados”.

Recortar costos

El conglomerado hispanobritánico pasó un mal momento a finales del año pasado debido a un importante conflicto laboral con los pilotos de British Airways: una huelga sin precedentes en septiembre de 2019 obligó a anular centenares de vuelos y dejó en tierra a miles de pasajeros.

El conflicto se cerró con la firma de un acuerdo salarial que costó a la compañía británica 137 millones de euros.

Posteriormente, la pandemia del COVID-19, que ha golpeado con fuerza al transporte aéreo internacional al desplomar la demanda, llevó a British Airways a anunciar la supresión de 13,000 puestos de trabajo, cerca de un tercio de su plantilla.

Para el sindicato de pilotos BALPA la dimisión de Cruz no llegó como una sorpresa ya que “fue encargado de recortar costes y era imposible hacerlo sin ponerse en contra a pasajeros y empleados”.

Tras las partidas de Walsh y Cruz, el sindicato dijo esperar “una nueva era que vea a British Airways volver a ser la compañía orgullosa que había sido”.

En una comparecencia ante la comisión de transportes del parlamento británico en septiembre, Cruz había justificado los drásticos recortes de personal afirmando que la pandemia “ha devastado nuestro negocio, nuestro sector. Todavía estamos luchando por nuestra propia supervivencia”, aseguró.

Antes de convertirse en número uno de British Airways, el español había sido consejero delegado de Vueling desde 2009, cuando se fusionó con Clickair, una aerolínea que él había fundado en 2006.

Cruz comenzó su carrera en American Airlines donde trabajó durante 10 años antes de asumir varios puestos de consultoría de gestión en la industria de las aerolíneas y los viajes.