La incertidumbre sobre cómo se llevará a cabo la cancelación del aeropuerto de Texcoco le está cobrando factura por primera vez a la Fibra E. Y las administradoras de fondos de ahorro para el retiro (Afores) serán de las más afectadas.
En la sesión bursátil de este lunes, el precio de los certificados de la Fibra E de infraestructura, donde afores como Inbursa, Pensionissste, Profuturo y XXI-Banorte invirtieron alrededor de 13,500 millones de pesos, tuvo su primera caída.
Los títulos cerraron en 97 pesos, lo que representó una baja de 3% no solo con respecto a su cierre previo sino del precio que habían mantenido prácticamente desde su salida al mercado en marzo de este año.
Este desempeño contrastó con el de los bonos verdes, otro tipo de instrumentos que también fue emitido para financiar la construcción del NAIM, los cuales tuvieron incrementos superiores a 12% en la jornada bursátil del lunes.
“Estos certificados de fideicomiso iban a beneficiarse de lo que generaría el nuevo aeropuerto”, dijo un abogado especialista en procesos bursátiles que pidió anonimato. “Pero sin aeropuerto, la Fibra tendrá que cancelarse”, agregó.
Sin embargo, las afores y otros fondos que invirtieron en la Fibra E todavía deberán esperar su turno para negociar con el recién llegado gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), pues apenas comenzaron la negociación con los inversionistas que compraron bonos.
La caída en el valor del certificado pudo deberse a la incertidumbre sobre cuál sería el proceso de la potencial cancelación de este instrumento, coincidieron expertos consultados.
A diferencia de los bonos, los certificados bursátiles carecen de un rendimiento garantizado. Quienes tienen este tipo de títulos se beneficiarían de la distribución de los flujos la operación del proyecto cuando éste entrara en operaciones en 2021. En ausencia del proyecto, estos certificados están garantizados con el cobro de la Tarifa de Uso Aeroportuario (TUA) del aeropuerto actual.
Buscan trasladar los recursos al nuevo proyecto
El gobierno busca que los inversionistas que ya habían financiado el proyecto original den un voto de confianza al proyecto de Santa Lucía, que sustituyó al de Texcoco, y trasladen sus recursos al nuevo proyecto. Eso es lo que negocia hoy con quienes adquirieron bonos y es probable que busque llegar a un acuerdo similar con quienes compraron certificados de la Fibra.
“Lo primero que requerimos es un consentimiento de los tenedores de los bonos de que esos recursos se podrán usar para un nuevo aeropuerto de la Ciudad de México, pero en otro lugar”, dijo Gerardo Ferrando Bravo, director del Grupo Aeroportuario, en entrevista con Aristegui noticias este lunes.
“Es una posibilidad que las Afores analicen financiar el nuevo proyecto de aeropuerto, el problema es que, hasta donde sabemos, el proyecto de Santa Lucía no está 100% aterrizado”, dijo Jorge Gordillo, director de Análisis Económico y Bursátil de CIBanco.
Según el abogado que pidió no ser citado, si las Afores decidieran seguir invirtiendo los recursos de los trabajadores en el nuevo proyecto, tendría que crearse un nuevo instrumento; es decir, una nueva Fibra.
El monto invertido por las Afores representó el 45% del total del monto total colocado por la Fibra E. De acuerdo con datos de Bloomberg, además de las Afores, otro tenedor de certificados es Santander. En total, participaron alrededor de 400 inversionistas.
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