Las tres empresas que controlan la mayoría de los aeropuertos en México reportaron una pérdida promedio de 90% de tráfico durante el segundo trimestre de 2020, debido a que algunas actividades productivas y el turismo se detuvieron entre abril y junio por la pandemia de coronavirus.
Esto originó una caída media de 67.4% en los ingresos de dichas compañías, con Grupo Aeroportuario del Pacífico (GAP) como principal afectado, seguido por Grupo Aeroportuario Centro Norte (OMA) y Grupo Aeroportuario del Sureste (Asur).
Durante el segundo trimestre del año, GAP reportó una disminución de 75% en sus ingresos en comparación interanual, mientras que los de OMA cayeron 70.7% y los de Asur 56.5%, según los reportes financieros del periodo entregados a la Bolsa Mexicana de Valores (BMV).
Sin embargo, en cuestión de pasajeros, Asur fue el que recibió el mayor impacto por la crisis sanitaria, al atender 94% menos tráfico entre abril y junio. El Aeropuerto Internacional de Guadalajara, su terminal más transitada, atendió 50% menos viajeros.
En tanto, OMA registró 90.2% menos personas. Cancún, su sede principal sufrió una caída del 53% del tráfico. Mientras que el tráfico de GAP disminuyó 82.7%. Monterrey, su terminal insignia registró una disminución de 57.1%.
Durante el segundo trimestre del año, la pandemia de COVID-19 afectó considerablemente los resultados de las compañías, originado principalmente por la disminución del tráfico de pasajeros nacional e internacional, coincidieron los reportes trimestrales.
El coronavirus actualmente tiene presencia en 188 países, en los que se han registrado más de 20 millones de contagios y alrededor de 740,000 muertes asociadas a la enfermedad, según la Universidad Johns Hopkins.
Actualmente México es el quinto país con mayor número de casos y el tercero con más defunciones, detrás de Estados Unidos y Brasil.
Sin fecha de despegue
La propagación mundial de la enfermedad tiene a la industria de la aviación comercial sumergida en la que ya es considerada su peor crisis de la historia.
El artículo ‘An early assessment of the impact of COVID-19 on air transport: Just another crisis or the end of aviation as we know it?’ del Journal of Transport Geography identifica el mercado de viajeros de negocio como el más perjudicado.
Esto debido a la necesidad de recuperar la confianza y garantizar la seguridad sanitaria para reactivar las actividades. En esto también influye el factor tecnológico, que parece impulsar el teletrabajo a nivel global, explica Pere Suau-Sánchez, economista de la Universitat Oberta de Catalunya en un artículo publicado en junio.
Estas dificultades repercuten principalmente en las aerolíneas. En la industria nacional, Aeroméxico es el caso más emblemático, por la solicitud de acogerse al capítulo 11 en Estados Unidos.
La empresa dirigida por Andrés Conesa opera solamente al 40% de su capacidad, indica José de Jesús Suárez Valdez, vocero de la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores (ASPA).
Y como no se prevé que las condiciones mejoren en los próximos meses, los pilotos optaron por ofrecer reducciones salariales de entre 65% y 44%, explica el representante del organismo sindical.
Además, 283 pilotos recibieron “permisos sin goce de sueldo”, dice Suárez Valdez en entrevista con EL CEO.
“Necesitamos una recuperación de la industria. No sabíamos que la recuperación sería tan lenta. Algunas instituciones hablan de 24 o 48 meses, pero todo tiene que ver con la pandemia, que no depende de nosotros”, lamenta.
Aproximadamente un millón de empleos dependen de la industria aérea, la cual aporta 3% del Producto Interno Bruto (PIB), de acuerdo con datos de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA, por sus siglas en inglés).