La Corte de Quiebras del Distrito de Nueva York dio a Aeroméxico una nueva prórroga para presentar su plan de reestructura financiera bajo el Capítulo 11.
La jueza Shelley Chapman aprobó el martes una extensión de 75 días que Aeroméxico solicitó para presentar el plan, de acuerdo con un comunicado enviado a la Bolsa Mexicana de Valores.
La Corte aprobó la prórroga como resultado entre otras razones, de los avances que la compañía a cargo del empresario Andrés Conesa ha logrado con su reestructura.
Aeroméxico seguirá llevando a cabo, de una manera ordenada, su proceso voluntario de reestructura financiera bajo el proceso de Capítulo 11, mientras continúa operando y ofreciendo servicios a sus clientes y contratando de sus proveedores los bienes y servicios requeridos para su operación
indica el documento
Inicialmente, la principal aerolínea del país buscaba que la extensión fuera de 122 días hasta el 25 de octubre, sin embargo, la jueza Chapman estableció el próximo 8 de septiembre como fecha límite.
Aeroméxico inició su proceso de reestructura financiera a mediados del año pasado, luego de que la crisis sanitaria causada por la pandemia de COVID-19 golpeó a la industria aérea debido a las restricciones de viajes implementadas por las autoridades de diversos países.
“La compañía continuará fortaleciendo su situación financiera y liquidez, protegiendo y preservando su operación y activos, e implementando los ajustes necesarios para mitigar los efectos derivados del COVID-19”, dijo Aeroméxico.
Como parte del proceso, Aeroméxico recibió los 1,000 millones de dólares del financiamiento preferencial garantizado (DIP Financing) del fondo Apollo Global Management, después de que la aerolínea hiciera acuerdos en materia de costos laborales.
Mientras enfrenta el proceso de reestructura, Aeroméxico todavía no ha logrado recuperar los niveles de pasajeros que transportó en 2019, a pesar de que el proceso de vacunación avanza y disminuye la tasa de contagios a causa del coronavirus.
La aerolínea también es la más expuesta a la degradación a Categoría 2 de la calificación de seguridad emitida en mayo por la Administración Federal de Aviación, al impedirle extender la frecuencia de nuevos vuelos en territorio estadounidense, en medio del aumento del turismo de vacunación.