La construcción de la séptima refinería en el país, ubicada en Dos Bocas, Tabasco, es un acertijo que los analistas del sector energético no han podido resolver y se mantienen escépticos sobre la viabilidad del proyecto.
Especialistas consultados coinciden en que las empresas que fueron invitadas por el gobierno para concursar en la licitación del proyecto enfrentarán cuatro retos principales: la baja capacidad de producción de petrolíferos de Petróleos Mexicanos (Pemex), el presupuesto, el tiempo en el que se quiere construir y la falta de infraestructura de logística y caminos, dicen expecialistas.
En términos generales, lo que hace falta en el plan de la refinería de Dos Bocas es una narrativa que englobe los aspectos técnicos, financieros y mercados competitivos, para entender el impacto que tendría para Pemex
dijo Pablo Zárate, director de Pulso Energético.
Reto 1. Caída en la producción de petróleo
Para que una refinería sea funcional, debe tener garantizada la materia prima. El problema con el proyecto de Dos Bocas es que todavía se desconoce si la petrolera logrará revertir su caída en producción y, en caso de que siga la tendencia, de dónde se va a suministrar la materia prima para que se ponga a trabajar para producir gasolinas.
De acuerdo con la secretaria de Energía, Rocío Nahle, la refinería tendría una capacidad de procesamiento de 340,000 barriles diarios y con un crudo de 22 grados API (crudo pesado).
“Pemex no cumple con la capacidad de producción suficiente. Se ha dicho que para recuperar su producción se le dará alrededor de 10,000 millones de dólares, pero no está claro qué pozos, qué tecnología se usará, los resultados de estudios de sísmica, qué tipo de petróleo se obtendrá, cuándo y cuánto obtendrá”, dijo Rosanety Barrios, analista independiente de temas energéticos.
Hasta enero de este año, la producción de petróleo de la empresa productiva del Estado era de 1.7 millones de barriles diarios.
Barrios añadió que el proyecto se maneja de forma aislada del primero eslabón en la cadena petrolera, que es exploración y producción.
“Se va a terminar por importar el crudo para que se refine ahí (Dos Bocas) a falta de estudios y de exploración”, comentó.
Añadió que, a partir de 2020, se espera que la producción de crudo se incremente para alcanzar 2.48 millones de barriles diarios.
El crudo del que actualmente depende México proviene del campo Ku Maloob Zaap, que está en una fase de declinación.
Reto 2. Costos de construcción
De acuerdo con la secretaria de Energía, Rocío Nahle, la refinería tendrá un costo de entre 6,000 y 8,000 millones de dólares y estará lista en tres años.
Sin embargo, un estudio elaborado por el Instituto Mexicano del Petróleo (IMP) concluye que Dos Bocas costaría 14,740 millones de dólares, según reportó el periódico El Economista, pues el documento no es público, pero se filtró a algunos medios de comunicación.
El presupuesto calculado resultaría muy por debajo del costo de una refinería de características similares.
El problema del cálculo en los costos se originó de una visita que hizo el equipo de Andrés Manuel López Obrador a una refinería en Jamnagar, en India, explicó Erick Sánchez, especialista del sector energético y que trabaja para una de las mayores empresas de tecnología de refinación a nivel mundial.
Reto 3. Tiempos de construcción y puesta en marcha
El tiempo en que se planea construir la nueva factoría es de tres años. Para Pech, un proyecto de esas características tomará de cuatro a cinco años.
“La construcción de la refinería podría tardar tres años, pero la instalación y la puesta en operación se alargaría un año y medio más. Así se puede terminar a finales del 2024 o a principios de 2025”, dijo Pech.
En tanto, Zárate añadió que no es imposible que se termine el tiempo que el gobierno ha dicho, pero sí resultaría en un gran esfuerzo por parte de la empresa que se adjudique la construcción de la refinería.
Reto 4. Infraestructura y logística insuficiente
La ubicación de Dos Bocas resulta un obstáculo para llevar acabo su edificación, al estar ubicado en un punto sin la infraestructura suficiente, con caminos poco adecuados y sin servicios secundarios que lo sustenten, así como la falta de ductos que transporten el producto ya refinado a los diferentes puntos del país.
“La logística en términos de caminos que conecta a Paraíso con Dos Bocas es una carretera de dos sentidos, por la que no podría pasar los módulos de la nueva refinería”, explicó Erick Sánchez.
Por su parte, Carranza comentó que las cuatro empresas invitadas por Pemex para participar en la licitación de la refinería resultan ser las más adecuadas para también hacerse cargo de toda la demás infraestructura alrededor de la planta.
“También se encargarían de la construcción de los ductos que llevarían el producto terminado al centro del país, donde se presenta la demanda más alta del energético”, comentó Carranza.
De acuerdo con Nahle, el proyecto tendrá 17 plantas de proceso, una planta de generación eléctrica para autoabastecimiento, 93 tanques y esferas de almacenamiento, urbanización, edificios, talleres y áreas verdes.